Área de Peligro por Carlos Dickson Pérez

 

DE EGIPTO A COREA…

carlos_dicksonEl importante hito histórico que marcó la Sub-20 de César Farías presente en Egipto 2009, acaba de tener su reedición en la Vinotinto de Dudamel.  Esta vez sin el alboroto que generó la genuina conquista del cupo en Puerto La Cruz, la primera en todo tiempo. Las certezas del actual proceso fueron tantas y tan sólidas, que parecía inevitable el éxito.

 

Nadie como Venezuela se preparó ni invirtió tantos recursos para lograr el objetivo. Las llamadas potencias que aún creen que pueden vivir de las rentas, agilizan las cargas en días previos al certamen eliminatorio y se las arreglan con un grupo básico de algún sonado equipo y listo. Después ocurren los sobresaltos a veces amainados por la influencia en las altas esferas conmeboleras que pueden no ser suficientes  para lograr el cometido.

 

Y se atraviesan las espinas en la garganta ante quienes no dejaron nada al azar y de manera metódica planificaron su agenda. Esos que están convencidos  de que para cambiar los pronósticos hay que superar primero los escollos propios, las limitantes, los complejos mentales, los muros infranqueables de la desorganización y la carencia de muchas cosas. Entonces sí, toca insuflar coraje, autoconfianza, elevar el tono del mensaje y convencer al grupo para que está listo para el asalto.

 

Dudamel tuvo y supo aprovechar las ventajas de haber encontrado en el fútbol doméstico  una situación competitiva ideal para los jóvenes prospectos. Los jugadores que obligados por la norma Sub-20 gozaron de la confianza en sus entrenadores para jugar en sus posiciones sin sacrificarlos con las canallas sustituciones a los 15 minutos. Muchachos que vienen cumpliendo con rigor la disciplina de un balompié, con fallas estructurales pero que cada vez  se profesionaliza más con pretemporadas exigentes.

 

El otro aspecto pasa por la motivación al logro en un momento país en el que el reflejo que han dejado los Arango, Rincón, Vizcarrondo, Rosales y una buena camada que se abre paso en el fútbol extranjero tiene eco en quienes vienen detrás. En la mente de todo talento venezolano está volar lejos y romper con todas las barreras y  salvar su futuro. En un fútbol globalizado el negocio no repara en origen, religión ni colores. Y Venezuela parece haber entrado hace rato en la órbita de los que mueven el coroto.

 

El Mundial de Corea será para nuestra sub-20 una vitrina espectacular. Un escenario en el que deportivamente tendremos que exigirnos más. Esta selección demostró que tiene muchas virtudes y sin embargo quedan saldos pendientes, titubeos,  que Dudamel conoce más que nadie.

 

Tuvimos momentos luminosos colectiva e individualmente, incluidas las salvadas del portentoso golero Fariñez. Excepcional lo de Yangel Herrera y el aporte desequilibrante y a veces abusivo de Soteldo. Pero el Mundial es otra cosa, en el que habrá que maximizar las potencialidades del colectivo para enfrentar a quienes no van a dejar nada al garete.  Imaginamos oportunidades para otros valores,  algo que el estratega sabrá decidir si cree que el compacto puede crecer.

 

Después de la cita orbital, abortada Rusia 2018,  queda ilusionarse si este grupo será capaz de tocar el cielo de una clasificación mundialista de mayores, sin que nos regalen nada y pasando por encima de los que ahora nos miran de frente y no de reojo. De Egipto a Corea y después, quién quita,  hasta Qatar 2022,  otro destino exótico con los que parece tener particular empatía el dos veces mundialista Dudamel.