Celebración o profunda reflexión

 

Si la selección femenina de Venezuela logra el quinto lugar en la Copa América de Colombia 2022, lo celebraré y si la economía lo permite hasta con una bebida espirituosa. Las guerreras habrán cumplido con su misión en el torneo: amarrar el cupo a los Panamericanos y mantener vivo el sueño mundialista, por lo menos con un repechaje. ¿Qué la repesca es complicadísima? Sí, me recuerda a los preolímpicos en los que el combinado nacional ha sucumbido ante Lituania (2012) o Eslovenia (2021). Pero sería histórico y se pueden recuperar jugadoras como Daniuska Rodriguez o Joemar Guarecuco.

¿Es desmedido el festejo? Para nada, porque Chile, si bien ha sido la selección decepción en este campeonato, era una candidata. Por eso la etiqueta de no cumplir la expectativas de un equipo que jugó los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y estuvo a un travesaño de ir a los octavos de final de la Copa del Mundo Francia 2019. Aunque no ha tenido su mejor torneo, Christiane Endler es la mejor portera del mundo. Poco tendrá que ver el choque de este domingo con los amistosos de Curicó y Rancagua. Será una batalla larga, incluso que puede desembocar en los tiros desde el punto del penal. Por ende, terminar en pie merece celebrarse. Tampoco tirar fuegos artificiales como un 31 de diciembre, pero sí una buena alegría. La satisfacción de cumplir con un paso más entendiendo el contexto futbolístico del país y su historia, pero también asimilando el nivel de los rivales. Esto no es un torneo juvenil.

Pero, ¿Y si perdemos? A los amantes de la Revolución Francesa les encantará sacar la guillotina y cortar cabezas. Señalar culpables y que todo arda. Construir la casa desde cero. En un continente plagado de procesos constituyentes no debería extrañar el afán de refundación perenne. Pero desde esta tribuna se le da un voto de confianza al proceso de Pamela Conti, con crédito hasta 2024. Un año donde se juegan dos Sudamericanos juveniles (sub-17 y sub-20) y la Copa América. Aparte la estratega italiana habló de crear categorías sub-15 y sub-23 en Conexión Goleadora.

A lo largo de este ciclo, que inició en octubre de 2019 y que tuve la oportunidad de ver su génesis en Yaracuy, me han tildado de pro Conti o contra Conti. Sinceramente, no me quita una pizca de sueño ser amigo de este cuerpo técnico o si me tienen en su lista negra. Cuando escribo desde mi ordenador lo hago desde la premisa del respeto y la honestidad conmigo mismo. En afán de darle un buen contenido al lector y otorgarle lo mejor que le puede dar un periodista al fútbol: cobertura sin bufandas. Reseñar lo bueno y lo malo, en medio de la ignorancia que tengo del tema, porque no soy entrenador ni he hecho cursos.

Como dijo Luis Enrique Martínez, seleccionador de España: “No os leo porque creo que sé más de fútbol que la mayoría y porque tengo más información que vosotros. No hay una opinión que pueda leer que me pueda interesar”. Es así, un director técnico sabe mucho más que un periodista o un hincha, además lo sabe primero porque está en las concentraciones y en los entrenamientos. De ñapa, en el caso de Conti fue jugadora e importante en su selección.

Pero también creo mucho en una frase del periodista Miguel Quintana de creer en los procesos cuando el mensaje del entrenador cala en los jugadores. Si algo ha tenido Conti es el convencimiento de sus jugadoras. Muchísimo manejo de camerino. Si una derrota ante Chile no hace que melle la credibilidad de su palabra dentro de la familia que armó, no veo razón por la cual cortar el proceso luego de la Copa América.

La estratega italiana tiene armada una planificación para todas las categorías menores, malogradas por la ausencia de una liga sólida desde la pandemia. La categoría adulta escapa un poco de esta realidad, ya que la mayoría de sus efectivos hace vida en el extranjero hace muchos años y lo lograron curtiéndose en una Liga Nacional plagada de incomparecencias, pero con buen nivel de competencia. No de gratis Venezuela tiene dos subcampeones en Copa Libertadores. Pero para sanar ese daño, la europea tendrá que trabajar con su equipo de trabajo rumbo a 2024. Lo de la categoría sub-17 no se puede repetir, donde solo venció a Bolivia y sobre la hora, cuando en el pasado se ganaron dos títulos y se llegó a dos semifinales. Como coordinadora de selecciones deberá enderezar el rumbo.

Parte de eso viene con el programa Nace Un Sueño, una versión con más recursos de Sembrando Fútbol. Debe seguir su recorrido por las canchas del país y fuera de sus fronteras para captar talentos interesantes como las hermanas Araujo-Elorza (Ala y Sabrina). También adelantar procesos de papeles, porque Venezuela es un país donde el pasaporte es un lujo y a veces no se pueden convocar jugadoras por ese trámite burocrático. Se tiene que hacer con tiempo y la base del camino ya recorrido.

¿Estoy completamente de acuerdo con el proceso Conti? No, pero si he visto una evolución en la ruta de amistosos. Otra cosa es que a la Vinotino se le cerró el arco y perdió su mayor virtud, la pegada, en esta Copa América. Pero ocasiones generó para ganarle a Argentina, como también pudo perder por más goles. Preferiría que Lourdes Moreno no jugará en la primera línea de volante, sino más adelante. Que Paola Villamizar lo hiciera por izquierda, Ysaura Viso como “9”, Bárbara Olivieri por el medio, más minutos a Gabriela Angulo o Mariana Speckmaier como revulsivo por derecha. Pero eso importa un pepino, porque no las veo entrenar y no sé qué hay detrás de esas decisiones. Lo que sí noto es un grupo comprometido, que da el tan mentado “150%”, como hipérbole a la entrega de las jugadoras.

También hay que recordar que Conti tuvo que soportar las guerras intestinas de la FVF y una pandemia. Laureano González, Jesús Berardinelli (QEPD), Junta Normalizadora y Jorge Giménez, cuatro presidentes en menos de un lustro. Que también es un secreto a voces que la encargada de la mayor iba a ser Patrizia Panico y Pamela iba a la sub-20. Pero la primera declinó de entrada y Conti siempre apostó por Venezuela, incluso al quedarse varada en el inicio de la pandemia. Eso es bueno recordarlo.

Es entendible que se desee ver una equipo que trate mejor la pelota, tenga más volumen de juego y no recurra tanto al trazo largo, pero el trabajo de un entrenador se debe evaluar de forma integral. No como en redes que se añora un personaje condenado por sus abusos y que no logró nada en las categorías sub-20 y adulta, que es el caso que se evalúa ahora. Lamentable actitud y una desconsiderada con jugadoras que tienen historias de superación dignas de una serie en Netflix y que han hecho esfuerzos tremendos por vestir la camisa de la selección nacional, cuando por muchos años vivieron en el anonimato.

Pero no digo un cheque en blanco. Una derrota contra Chile requiere una profunda reflexión, porque hubo una inversión inédita de la FVF para esta competición y solo los Juegos Panamericanos no llena las expectativas. No es un fracaso, pero si amerita sentarse a debatir lo que sucedió. Llegar acuerdos y ver que se puede hacer para no ausentarse a más mundiales con una generación dorada, que no es de ayer, sino que lleva macerándose desde hace una década. En una confederación donde solo Brasil sueña con competir el Mundial, el resto, lamentablemente, solo participa. No es el mismo escenario de UEFA o Concacaf.

La FVF también debería involucrarse más, trazar una hoja de ruta con amistosos para los Panamericanos y/o repechaje. Sacarle provecho a los Juegos Sudamericanos de Asunción, en 2022. Darle los recursos a Pamela para que recorra todo el país con Nace un Sueño y visitar más naciones foráneas. En la constitución de Conti uno de sus primeros artículos dice:  “Italia es una República democrática fundada en el trabajo”. Ella ha trabajado, pero deben dársele más herramientas. Si bien es una DT con poca experiencia en banquillos, prácticamente toda con Venezuela, no le van a faltar ofertas. Se debe convencer de permanecer en el país con la promesa de condiciones para que desarrolle su labor de la mejor manera.

El que llegue a esta parte del texto debe creer que le tengo un altar a Conti o quiero asegurarme entrevistas con ella. Ni lo uno ni lo otro. Creo en los procesos y cuando un mensaje llega al grupo. Por eso en esa reflexión deberían participar las jugadoras, protagonistas en el campo y las primeras interesadas en que los calendarios no sigan pasando sin un Mundial en su CV. Por eso insisto en renovar el crédito hasta 2024. Serían cuatro años con amistosos y competencia internacional: 2021, 2022, 2023 y la fecha mencionada. Ahí de nuevo evaluar, porque los procesos se erosionan con el tiempo. Los entrenadores como Alex Ferguson u Óscar Washington Tabárez son anomalías.

Escribo esto un día antes del partido, porque el resultado o las formas de 90 minutos no van a cambiar mi opinión. Solo harán que se celebre más o la reflexión sea más honda. ¿En la redes? Muchos dirán: “Este es una jala mecate de Conti”. Me resbala, respeto los procesos. ¿En el cuerpo técnico? Dudo que lo lean, porque deben estar ocupados en cosas más importantes cómo preparándose para un repechaje o en un proceso de introspección para corregir errores. ¿En el seno de la FVF? Un par de personas ojearan está columna, pero nadie con poder de decisión y en caso de topársela, harto difícil que cambie su forma de pensar o que se repiense sus decisiones. Solo quiero cerrar recordando que la Revolución Francesa dejó más sangre que progreso. Hay momentos de cortar ciclos y, en mi humilde opinión, este no es uno.