César Farías (Parte I): “Nos hemos olvidado que somos sudamericanos y de nuestras esencias”

 

Luis Vílchez / @lvilchez8.- La figura de César Farías no necesita mucha presentación. Actual director técnico de la selección de Bolivia y artífice de muchos hitos con la Vinotinto. Su 2020 inició con la satisfacción del Preolímpico y cerró con punto histórico en Asunción, luego de perder los primeros tres partidos (Brasil, Argentina y Ecuador) en el Premundial.

 

El estratega habló con Balonazos, el pasado lunes 30 de noviembre, sobre su actualidad, su paso por el fútbol venezolano, el análisis de las eliminatorias, los avances del combinado patrio, su proyecto en Bolivia, entre otros temas. Una conversación rica en conceptos y anécdotas. Este texto más que una entrevista es una ventana a la forma de pensar de un Farías más maduro y reflexivo. Por ende, es un documento largo que se dividirá en cuatro partes.

 

En esta primera entrega el estratega, de cuatro en total, repasa el inicio de las eliminatorias con Bolivia y lo que significa 2021, un año con varios partidos para consolidar a la Verde como un equipo competitivo. Analiza el factor psicológico en fútbol y resalta la labor de Manuel Llorens. Así mismo aborda la pérdida de identidad en los seleccionados sudamericanos e inicia su exposición sobre la necesidad de centros de formación para los técnicos venezolanos.

 

“Nos demostramos que podemos y cuando uno agarra el sabor, quiere más”, comentaba en una entrevista al periodista Mauricio Cambará en referencia al punto (empate 2-2) contra Paraguay en eliminatorias ¿Cuál es su balance de estas primeras cuatro jornadas de Premundial? ¿Cómo afrontar un 2021 cargado de partidos?

 

Nosotros hemos vivido tiempos muy difíciles. Muy diferentes con respecto al momento que me trajeron acá (Bolivia). Hubo un paro social, que nos paró las actividades por un mes. Hubo una alteración dentro del programa. Vamos al Preolímpico y al regresar, prácticamente, arribó la pandemia. Luego vino la muerte del señor (César) Salinas, presidente de la Federación (Boliviana de Fútbol). No se reactivó el torneo por una disputa por la presidencia de la Federación y por los derechos televisivos. Los derechos televisivos, afortunadamente, se están vendiendo sobre los 50 millones de dólares, sea una empresa u otra, aún no se ha cerrado esa disputa.

El campeonato arrancó hace dos días (sábado 28 de noviembre) y van a jugar un calendario kilométrico, cada 48 horas los partidos. Hoy (lunes 30 de noviembre), a las 3pm, juega Blooming y tuvo partido el sábado. Viene esa intensidad de partidos por delante. Pero afortunadamente se comenzó. Era muy diferente a cuando yo llegué, a pesar de las debilidades que se podían ver de afuera, todo se puso más difícil con una crisis jamás pensada, que alteró cualquier circunstancia. Sin embargo, hay talento en los jugadores como en todos los países de Sudamérica. No pudimos contar en los primeros partidos (Brasil y Argentina) con los jugadores de (Jorge) Wilstermann, de Bolívar y de Oriente (Petrolero).

Después no tuvimos el ritmo necesario para sostener los tres partidos que estuvimos ganando. Abrimos dos partidos, con lo difícil que es inaugurar un marcador en un encuentro. Se vieron cosas buenas que no se habían podido resaltar debido a que no se había podido sumar. Cuando ves el partido en tranquilidad te das cuenta de que los ha debido ganar; de visita en Paraguay donde Bolivia nunca había sacado puntos, mostrando un buen fútbol, un buen orden táctico, con capacidad para presionar, atacando el arco contrario y haciendo goles de buena factura. Eso te da la convicción dentro de los jugadores y del camerino de que es posible. Veníamos de hacer un buen partido ante Ecuador que lo perdimos fortuitamente, por una mano no intencional que da el VAR. Antes de eso habíamos recibido goles que eran unos bloopers.

No hemos tenido el mejor momento ni la mejor suerte. Peor de lo que hemos tenido va a ser difícil. De aquí en adelante, ahora con el arranque del torneo, empieza a haber otras circunstancias. Hoy tenemos presidente en la Federación (Fernando Costa), que asumió antes del partido contra Paraguay. Eso nos da otra fuerza, porque al tener una cabeza visible es distinto. Ese punto nos dejó un buen sabor de boca y un entendimiento que jugando los partidos así, vamos a ser una selección que va a poder sumar muchos puntos de visitante. En la altura, cuando estemos con ritmo, será diferente. No es solo que llegábamos con la falta de ritmo, sino que ahora hay cinco cambios por equipo y el partido se hacía más cortado todavía. Son factores que influyeron para que no pudiésemos estar en nuestro mejor nivel.

 

 

Cuenta en su cuerpo técnico con el psicólogo venezolano Manuel Llorens. En varias entrevistas ha comentado que quiere acabar con el “lamento boliviano”. Ha dicho que en las concentraciones ha usado ejercicios de respiración y el “Mindfulness”. También que los motiva con un “engreimiento positivo”, como le llama usted, para demostrar que Bolivia sí puede. ¿Cuánto ayuda el factor psicológico en un escenario tan adverso, como el que mencionó?

 

Siempre Manuel Llorens va a ser un apoyo muy grande en cualquier equipo de fútbol. Es un grandísimo profesional con una experiencia única. Manuel viene trabajando con Lino Alonso desde que estaba en segundo año de psicología con las selecciones sub-15, sub-17, sub-20, sub-23 y la campeona Centroamericana (Maracaibo, 1998); ahora está a punto de cumplir 48 años. Tiene más de 20 Sudamericanos entre ese ciclo, el nuestro y ahora en Bolivia. Trabajó en la Copa América y va a su tercera eliminatoria. También laboró en clubes y ha estado en Copa Libertadores. La experiencia de Manuel es inigualable. Tendría que arrancar un psicólogo a la edad que él comenzó, antes de graduarse, y tener la posibilidad de trabajar en estos niveles.

Manuel es una pieza, que, a través de su capacidad y su experiencia, nos ayuda con los desafíos y con las frustraciones. Con esa circunstancia de que todo el mundo hace creer que acá no hay talento, pero hay talento como en todos los países. Es una situación donde hay que organizarse. Hay jugadores igual para exportar y lo estamos viendo con la sub-20. Hay una gran camada y antes también tuvieron talento. (Marco) “El Diablo” Etcheverry y (Erwin) “Platini” Sánchez eran bolivianos. De esa generación te puedo mencionar varios jugadores que tuve la fortuna de verlos, porque se eliminaban con Venezuela. También porque Bolívar y The Strongest jugaron la Copa Libertadores contra Mineros y Caracas. Empezaba la televisión por cable en Venezuela y teníamos un canal boliviano que pasaban los partidos. Ellos siempre han tenido un fútbol que ha sido televisado. Hay tradición, historia y grandes hinchadas.

El fútbol es un tema diario para la gente de acá. Estoy seguro de que el fútbol de aquí va a salir adelante, tarde o temprano. Es una cuestión de organizarse un poco mejor. Sí, hay muchos conflictos. Son una infinidad de trabas que en el fútbol venezolano nunca las vi. El fútbol venezolano tiene otros tipos de problemas, pero no veo esas guerras dirigenciales a esta magnitud y aquí eso ha mermado el desarrollo del jugador, pero tienen talento igual que los demás. Viene un año interesante, en el cual va haber 15 partidos oficiales, como mínimo, va haber Sudamericano sub-20 y sub-17. Es una linda oportunidad, porque la competencia te hace crecer y te exige, porque no estás jugando contra cualquiera.

Son nueve selecciones que juegan a otro ritmo, que tienen jugadores que están en las ligas europeas, en México, en Argentina o en Brasil. Que son realmente muy exigentes y eso nos obliga a tener una preparación diferente, porque la competencia también te prepara, el juego es lo que más te hace crecer. Después entender la realidad que está viviendo Sudamérica, que todos queremos jugar como dicen los libros españoles o como vemos por la televisión a los españoles. Nos hemos olvidado que somos sudamericanos. Nos hemos olvidado de nuestras esencias. Yo estoy de acuerdo que se copien las cosas positivas como: la alimentación, el profesionalismo, el cuido, el gimnasio, todas esas cosas están muy bien. Pero después no podemos perder nuestra huella.

La crítica en general y la visión de muchos entrenadores está yendo hacia eso. Hay algunas paridades porque empiezan a parecerse todos los equipos. Los que tienen esa calidad como Brasil, que te llegan con Neymar y todas sus estrellas, con su riqueza técnica te resuelven todos los problemas. Pero los demás seleccionados no veo que tengan esa riqueza técnica, tampoco hay seleccionados en Sudamérica que diga que están consolidados. Estamos todos en crecimiento y en esa evolución le va a servir muchísimo a Bolivia.

Este año no solamente va a servir para las eliminatorias y para tener una selección competitiva, sino para dejar una base formada de cara a los futuros Premundiales. Para nadie es un secreto que hemos traído jugadores de la generación preolímpica y que estamos acercando a algunos sub-20. Pero sin olvidarnos de los jugadores que han hecho una carrera dentro de la selección, que permitan transmitir todas esas experiencias, como es el caso de (Marcelo Moreno) Martins, (Juan Carlos) Arce o (Carlos) Lampe, por decir algunos.

 

 

Es un estudioso del juego en Sudamérica y tiene mucha relación con técnicos de dilatada trayectoria en América y en Europa. ¿Tiene alguna hipótesis de por qué se han buscado las respuestas en los libros europeos y se ha perdido la esencia sudamericana? Flamengo, el último campeón de la Copa Libertadores, lo dirigió el portugués Jorge Jesús. Hay otros dos lusitanos, como José Peseiro con Venezuela y Carlos Queiroz al frente de Colombia, en este Premundial. ¿Por qué permea tanto la escuela europea, incluso trayendo entrenadores a Conmebol? ¿Siente que se ha perdido ese sello característico del jugador de Conmebol que era esa picardía y ser encarador, de tener ese fútbol de calle en el juego?

 

Los libros que leemos en Sudamérica son básicamente españoles, porque son los que tienen nuestro idioma, y alguno que otro que traducen. Que sencillamente lo tenemos que leer, porque los entrenadores en Sudamérica no nos hemos dedicado a escribir. Cuando escriben, son más de anécdotas, que básicamente lo hacen los entrenadores de Argentina. No son textos de táctica o metodología. Son sobre anécdotas, que son muy buenos y ricos, pero el entrenador no tiene dónde buscar.

España ha tenido un desarrollo importante en cuanto a sus entrenadores por su formación, pero nosotros no tenemos escuelas de formación de entrenadores, recién se están empezando a ver. Uruguay y Chile son dos buenos lugares, porque ni siquiera Brasil y Argentina. Cuando escucho “hice el curso aquí y allá”, digo: “No, no, no están organizados”. Es decirle mentiras a la gente. Los entrenadores son muy autodidactas. Tienen la necesidad de poder aprender a través del aprendizaje orgánico, que es el experimental. Tienes que ir haciendo experiencia dirigiendo. Pero no hemos creado buenos centros para la formación en Sudamérica y ahí es donde está empezando el problema.

Tampoco nos la podemos agarrar con los entrenadores europeos porque vienen a dirigir acá. Se han formado y tienen la posibilidad de venir. Pero el entrenador europeo no conoce las características de lo que pasa acá y no hablo del talento, sino de las condiciones sociales, de las cosas que van a afrontar y del cómo vive la gente. Luego tienen un grandísimo problema, como dicen bien las leyes de (Joseph) Goebbels, que manejaba la propaganda nazi: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. En las redes sociales descalifican a cualquiera e igualan a cualquiera. A una persona que ni siquiera sepa de un tema opina y lo hace con vehemencia. Y las personas que se han especializado a través de años, resulta ser que son unos neófitos sobre el tema.

Hoy hay una presión sobre el entrenador que es mayor. Los europeos vienen con una ventaja, no tienen al principio la presión que tiene un entrenador del ámbito local, porque se va mañana y no pasó nada. No conoce y no vive acá. Eso es una ventaja. Luego cuando empieza a estar dentro de ello y a convivir es una dificultad. Hoy le está pasando a un gran entrenador como es Carlos Queiroz (fue separado de su cargo el día después que se realizó esta entrevista) que viene de estar en Irán. Si bien allá tenía otras dificultades y tuvo un trabajo meritorio, la presión mediática no existía ni las redes sociales. Lo digo con base porque estuve allí. Hoy se enfrenta a otro tipo de cosas que desconocía y las empieza a conocer dentro de la eliminatoria.

Un entrenador que nadie puede restarle mérito a lo que ha hecho dentro de su carrera. Fue técnico del Real Madrid, trabajó en el Manchester United, habla cinco idiomas y ha dirigido en un montón de lugares. Tiene que tener el respeto de todo el mundo; además que es un hombre muy capaz y muy inteligente. Lo que le sucedió ahora es algo que está descubriendo en su carrera, porque ni el mejor entendido ni el mejor de los que adversan o criticaban se iba a imaginar eso que pasó. Nadie. Yo tampoco me iba imaginar que Colombia iba a perder dos partidos de la forma que los perdió, uno de visitante (6-1 contra Ecuador) y uno de local (0-3 ante Uruguay).

El fútbol es así. Muy rápido, dinámico y cambiante. Tiene unas intensidades en el aspecto social y unas particularidades psicológicas. Los jugadores que hoy vienen han perdido huella de lo que son sus países. Hay jugadores que se los llevan a los 18 años y no han vuelto. Tienen otro tipo de costumbres y de intereses. No es fácil manejar un camerino de gente que es figura, que tiene una posición económica distinta. Como decía Facundo Cabral: “Ya no voy al fútbol, me aburrí de ver 22 millonarios corriendo detrás de la pelota”. El sudamericano siempre fue potrero, siempre fue esa esencia del pobre salir a ser figura. Los valores y los principios hay que rescatarlos dentro de nuestros jugadores. Eso es una tarea titánica que tienen los entrenadores con experiencia.

También toca empezar con que los dirigentes puedan tener unas escuelas de formación diferentes, porque hay la capacidad en entrenadores que han marcado una era y han marcado un norte. Los uruguayos están trabajando muy bien y están teniendo énfasis en eso. Los chilenos también tienen una buena escuela de entrenadores y de ahí parte todo. Pero si vamos a Venezuela no existen. El venezolano va a tener muchos entrenadores de cara al futuro, por una razón lógica: por la experiencia orgánica. Los entrenadores salieron algunos a trabajar afuera en menores. Uno va a distintos países y conoce que están haciendo el curso de entrenador, muchos que uno nunca los vio.

Muchachos que te dicen: “estoy estudiando”, “estoy preparándome” y/o “estoy trabajando en un club”. Son experiencias orgánicas que se están acumulando, pero además hay una ventaja. Cuando llegamos a la selección, en un momento había 18 equipos en primera y otros 20 en segunda, donde todos los entrenadores eran venezolanos y la gran mayoría jovencitos. Eso es una escuela. La competencia enseña a los entrenadores. Es el ensayo y errores, se equivocarán muchas veces y acertaran muchas más. Eso les hace crecer, les hace formarse. Esos entrenadores tienen que dirigir Sudamericana y Libertadores. Hoy día tenemos entrenadores en Panamá, Colombia, Chile. Son entrenadores jóvenes. No tenemos entrenadores de 60 años dirigiendo fuera. El único era Richard (Páez) y que también puede volver a dirigir afuera en cualquier momento y en cualquier lugar.

Cuando empiecen a ver a la liga venezolana van a decir: “Este entrenador tiene 200-300 partidos”. Hay entrenadores jóvenes que tienen casi 400 partidos dirigidos. Tenemos entrenadores más jóvenes y que tienen más partidos que muchos de los entrenadores jóvenes argentinos que están promoviendo. Lo que no tenemos es Fox ni ESPN para promocionarlos. También sucede otra cosa, que se lo he dicho a varios amigos comunicadores, los periodistas venezolanos que están afuera lo único que hacen es hablar mal de los jugadores y mal de los entrenadores. Así es difícil. Los argentinos entienden que con esa manera globalizan y promocionan a su gente. El venezolano no. No queremos promocionar lo nuestro y en eso nos parecemos el boliviano y el venezolano.

Esto me puede ganar un montón de enemistades, porque todo el que piensa distinto al sistema que hay en el momento lo van a atacar. Pero he llevado tanta difamación y palo, que me he curtido en esto y que ya estoy llegando a una edad en la que no hago tanto conflicto. No tengo tantas confrontaciones porque las evito. La experiencia y la madurez me dicen que no puedo ponerme al nivel de semejantes difamaciones o tonterías. Lo digo porque pienso que puedo prender una pequeña señal de alarma en Venezuela, que haga abrir los ojos a las personas que la tengan que abrir para tratar de ayudar este rubro que es la formación y que son los principios y valores que necesita una selección.

Creo que una selección puede llegar a jugar bien, pero va a ser efímero si no tiene principios y valores. Te pongo un ejemplo, antes no teníamos Preolímpico que eran importantes para el desarrollo del jugador y que no le prestamos atención porque se les ocurrió a dos dirigentes suspenderlos, porque no podían venir los argentinos y brasileños a esos niveles. Desde que se fue eso Sudamérica no ha ganado un Mundial más. Afortunadamente los nuevos dirigentes trajeron de nuevo el preolímpico, pero la pandemia paró parte del plan de desarrollo que tenía la Conmebol. Pero hay una gran verdad y es que necesitamos más campeonatos Sudamericanos de selección y clubes a nivel de menores. No solo sub-15, sub-17, sub-20 y el Preolímpico, que es cada cuatro años.

¿Cómo haces con la sub-16, sub-18 y sub-19? ¿Qué pasa con las edades que no son tope y edades sánguche? El que tiene 18 años tiene que esperar al próximo Sudamericano y llega sin haber ido al sub-17. Si tú juegas sub-16, sub-18 y sub-19 los años que no tienen la competencia oficial, está hablando de un jugador que te hace una escalera de Sudamericanos y te debuta en la mayor con 100 partidos. El torneo reserva iba empezar y en vez de ser sub-20 puede ser sub-21 o sub-22. Es como decía nuestro amigo “Cata” Roque: “Para tener a Pedro y Juan hay que tener primero a Pedrito y Juancito”.

Lo mismo pasa con los entrenadores, necesitan una cadena de crecimiento y eso lo consigues con un centro de formación de entrenadores y que a su vez tenga, como tenía antes el Colegio de Entrenadores de Venezuela, unos parámetros donde no solo te daban el curso, sino que tenías que trabajar un tiempo determinado en un equipo para hacer el siguiente año. Lo poco que teníamos también se perdió hoy. Lamentablemente no tenemos dónde formar a los entrenadores. Se forman orgánicamente y está muy bien, pero el entrenador necesita la parte orgánica y experimental. La parte didáctica y técnica en los salones de clase, para eso debe empezar a tener una organización diferente, que hoy no tenemos.

 

Continuará…