De Soteldo a Guerra ha cambiado la historia

 

Hace exactamente cuatro años y seis meses Venezuela se levantaba festejando la consagración de uno de sus hijos en la competencia más importante de Sudamérica, la Copa Conmebol Libertadores, luego que el día anterior, el 27 de julio del 2016, Alejandro Abraham Guerra Morales alzara la Copa con Atlético Nacional de Colombia. En dos días, el 30 enero, en un estadio icono de Brasil, el Maracaná, Yeferson Julio Soteldo Martínez busca con Santos ante Palmeiras emularlo.

 

Han pasado 1647 días desde entonces, muchas cosas han sucedido en el mundo del fútbol, en la sociedad, en la historia universal y de Venezuela, buenas y malas, de crecimiento y descenso, de evolución e involución, de riqueza y pobreza, de felicidad y tristeza, pero sobre todo, de dicha cuando a pesar de la falta aún del crecimiento de competitividad de los clubes del fútbol venezolano para poder estar a la par de sus contrincantes en Sudamérica, donde nos tenemos que conformar con actuaciones especiales de algunos de nuestros representantes llegando a cuartos de final como máximo objetivo, como si fuéramos la selección de  México en los mundiales con su soñado “quinto partido” (el que los lleva a estar entre los ocho mejores del torneo), aún tenemos futbolistas con suficiente nivel para estar en la élite y triunfar por sus propios medios, aunque sin olvidar que parte de su formación y desarrollo se la deben a nuestro maltratado balompié.

 

Tantas cosas han cambiado desde entonces que la misma competición como tal ha tenido modificaciones con aciertos y errores, buscando en algunos casos la perfección del torneo y en otra, quizás la más resaltante, sacarle provecho al marketing y vender el producto a otras latitudes, como ocurriera en el 2018, cuando en el superclásico sudamericano Boca Juniors vs River Plate, en la primera ocasión que se enfrentaban en una final a este nivel, se trasladara la Copa hasta Madrid para jugarse en el mítico Santiago Bernabéu, con un público nuevo y hasta extraño, que celebró la consagración de un cuadro millonario con su DT Marcelo Gallardo, quien hoy en día suena como un posible sustituto de Zinedine Zidane en el Real Madrid, en caso de que el genio francés de la Casa Blanca sea hecho a un lado por su hora baja en cuanto a resultados, después de darle tres orejonas al club en la pasada década.

 

Otro de los cambios ha sido precisamente el que se vivirá este sábado 30 de enero, el de disputar la final del torneo a partido único y en campo neutral, equiparando a lo que tradicionalmente viene ejecutando la UEFA Champion League, esto como producto de lo satisfactorio que fue jugar esa final Sudamericana en España. Será la segunda ocasión que se dispute el título en un solo compromiso y con ninguno de los dos clubes como anfitriones, luego de iniciarse esa reglamentación en el 2019 (Flamengo venció a River en el Monumental de Lima, Perú), pues la situación de Boca/River se dió más como parte de una situación a un conflicto que generó la afición por su comportamiento dentro de la cancha, que llevó a los organizadores a tomar la decisión de llevar la final a Europa y mostrar su producto.

 

Negativamente, y entre los cambios que ha sufrido la sociedad como tal producto de un desgraciado virus que ha marcado la vida del ser humano desde hace casi un año, será jugar el partido más importante para un jugador y club en este torneo sin el respaldo de su gente, de su afición y de su familia misma dentro del estadio en sus tribunas o graderíos, un hecho sin precedentes en el fútbol, donde el único que pierde es el gran seguidor que no podrá aupar ni vivir un momento tan especial para sus equipos, donde por el lado del “Peixe” representaría su cuarta consagración, tras las conseguidas en el 62 y 63 con Pelé como estandarte y en el 2011 como última ocasión, mientras que para su rival, el Verdão, podría ser su segunda conquista, luego de lograrlo en 1999 y fallar por tercera vez en el 2000. Ambos están en su quinta final.

 

A lo largo de esos 54 meses que separan al “Lobo” y a “Manzanita” de la gloria de la Libertadores ha crecido tanto Soteldo, quien por aquella época de la consagración de Alejandro Guerra aún jugaba en el fútbol venezolano y desde entonces ha pasado por dos de los clubes más históricos de sus países, como fue el caso de Universidad de Chile y el Santos, teniendo además una parada en Huachipato. Justamente después de lo vivido por el MVP del 2016, el pequeño en estatura pero grande en juego se consagró campeón por tercera y última vez con el Zamora FC (incluyendo el Adecuación 2015), para luego ser uno de los referentes de aquella selección Vinotinto Sub 20 Subcampeona del mundo en el 2017, evento que le terminó de abrir los caminos que lo tienen usando la “10” de uno de los futbolistas más grandes de la historia, la cual no le ha pesado, sino que por el contrario le ha rendido buen homenaje.

 

En números, el futbolista, quien el 30 de enero tendrá 23 años y siete meses exactos de vida, ha marcado en esos 54 meses 21 goles por liga (13 con Santos, 5 con la “U”, 2 con Huachipato y 1 con Zamora), 2 por torneo Paulista (Santos), 7 por Copas (4 con Huachipato, 2 con la “U” y 1 con el “Peixe”), 3 en Copa Libertadores (1 con Zamora y 2 en esta edición con Santos), 2 en Sudamericana (Zamora y Santos) y  6 con la selección Vinotinto (3 en Mundial Sub 20, 2 en Preolímpico Sub 23 y 1 en amistoso con la absoluta), con la que ha disputado 18 partidos en la de mayores desde entonces entre eliminatorias (5 para la de Rusia y 3 camino a Catar), amistosos (6) y Copa América (4). Son en total 41 goles y una importante cantidad de asistencias a lo largo de 210 partidos que ha disputado en esos cuatro años y medio de carrera, una media de 46.7 duelos por año, lo que muestra su regularidad, donde ha Sido titular en 169 de esos juegos (37.5 cotejos por año).

 

Ahora Soteldo tiene todavía un listón ya no tan alto que superar con respecto a Lobo. No solo le basta ganarla, sino que su actuación debe brillar en lo absoluto para que pueda emular a su compatriota y lograr también el MVP de la competición, un hecho que ya tiene a medias en el bolsillo, tras ser nominado junto a su gran rival y compañero Marinho y dos más del Palmeiras (el portero Weverton y el atacante Rony). Aunque en parte no depende de lo que él haga sino de lo que considere el fanático que vota en la web del patrocinador del torneo.

 

Digamos que Soteldo está en este momento como cualquiera de su compatriota que se encuentra en la trocha de la frontera colombo-venezolana y que debe superar las “alcabalas” que le lleven exitosamente a su destino fuera del país pensando en un mejor vivir. ¿Por qué hacer esa mención acá con su figura? Porque eso también forma parte de los cambios que ha dado nuestro país con referencia a cómo estamos entonces y a como éramos en el 2016. Para el que lo vive y lo transita creo que debe entender muy bien lo que digo, para el que no lo ha pasado en carne propia imagínese lo que es ganar la Copa y que te lleve cualquier equipo importante de Europa, bueno, así de grande es para el venezolano atravesar esa trocha y encontrarse un mundo distinto, una mejor oportunidad.