El resurgir de la cantera del Caracas Fútbol Club

 

Luis Vílchez / @lvilchez8.- Los meses de cuarentena hacen que cada vez sean más borrosos los recuerdos del balompié nacional. Si se abre el baúl de los recuerdos, las celebraciones más frescas que se pueden encontrar son: el Torneo Clausura y la final por la estrella, ambos trofeos se tiñeron de rojo. Pero en ese 2019, los capitalinos también se coronaron en el Torneo de Reservas y en las categorías sub-17 de la Serie Élite, mientras que fueron subcampeones en la sub-20. Previamente consiguieron un bicampeonato (2017-2018) en la categoría sub-18 en la antigua Serie Oro. Si bien el trabajo de Noel Sanvicente fue terminar la sequía de títulos en el primer equipo, una de sus principales tareas era hacer resurgir la cantera avileña y volverla, otra vez, la mejor de Venezuela.

 

A principios del año pasado solicitó contratar un entrenador para que ejerciera como coordinador de las categorías inferiores. Por intermedio de Miguel Mea Vitali, gerente deportivo del Caracas, llegó el DT argentino Jorge López. “Desde el primer día tuve una relación excelente con Noel (Sanvicente), a quien no conocía. Es una persona extraordinaria como ser humano y se me saco el sombrero cuando habló de él como profesional”, comentó López a Balonazos, en una entrevista que dio ciertas señas de identidad que sirven para entender el trabajo que se hace en el Cocodrilos Sports Park. Cabe destacar que, por el tema de la pandemia, el estratega se encuentra en su país natal.

 

“Cuando llegué me sorprendí un poco por el nivel de jugadores que había. Si bien tenía una idea porque había hablado con amigos de allá como Javier (Milán), profe de primera, y otras personas, al empezar a verlos entrenamientos tras entrenamiento vi un poderío en los chicos muy interesante. Mucha riqueza técnica en todas las categorías. Interesante para empezar a pulirlos. Me sorprendió para bien”, expuso el sureño, que es parte de Grupo Ekipo, un ente argentino encargado de proveer capacitación para entrenadores.

 

En referencia a los objetivos fue muy claro: “La meta es que los campeonatos vengan, como consecuencia de cada entrenamiento y de la metodología. No es una meta para nosotros ganar campeonatos, sino una consecuencia del trabajo (…) El año pasado sabíamos que iba a suceder por la calidad de los jugadores”. Pero la lupa no se posa solo en el atleta, sino en su mentor. “Empezamos a darle capacitaciones a los técnicos para tener mejores jugadores, lo cuales seguimos haciendo y vamos a seguir haciendo. Estamos un poquito frenados con los jugadores por la pandemia, pero no con los técnicos, ya que estamos en constantes capacitaciones”, reveló el argentino.

 

En esa capacitación al personal técnico profundizó: “Tratamos de darle las herramientas para que saquen lo bueno y lo vuelquen en sus clubes. Vi mucha gente con ganas de aprender, si bien algunos habían arrancado hace poco. Los muchachos recibieron bien la metodología, que no es la mejor del mundo, pero una de las tantas que hay (…) Si mejoramos los técnicos mejoramos la calidad de los jugadores. Tenemos un buen cuerpo técnico en todas las divisiones”. El estratega argentino vive en la casa club del equipo y prácticamente observa todos los entrenamientos de Reserva y las categorías de Serie Élite (sub-13, sub-15, sub-17 y sub-19).

 

 

Pero ¿cómo se entiende esa metodología? “Nosotros tenemos un jugador “x” que buscamos para el Caracas y que pueda proyectarse. Yo lo llamo un jugador total. Para tratar de armar esos jugadores necesitamos una metodología. La estructuramos por semana y ciclos, según que categoría, con el mismo mensaje desde reserva hasta sub-13, respetando las edades. Todo con un vocabulario mínimo que todos entiendan y así comprendan por qué decimos algo y por qué no. También las explicaciones de por qué, cómo, cuándo y dónde utilizamos estos conceptos”, reveló. Asimismo, indicó que el DT de reserva tiene que saber lo que pasa con la sub-13 y viceversa, razón por la cual se reúnen semanalmente y comentan los partidos y todos entrenamientos.

 

“Todo tiene que ver con el todo, entrenamos todo junto. El modelo universal. Trabajas el todo contextualizado con realidad de juego. Entrenas como juegas”, aseveró López. Entre esos conceptos que trabajan en los ciclos se pueden encontrar: ser amplios para ser profundos, presión rápida tras la pérdida y cerrar líneas. Pero fuera del campo, también hay plus de docencia en la vida del jugador. “Dime cómo es tu cuarto y te diré cómo eres en tu vida personal” es una de las frases de López. Si le sumamos la crisis moral que vive el país, ese valor humano es imprescindible.

 

“Nosotros siempre decimos lo mismo: somos docentes que hacemos docencia. Tenemos que siempre pregonar lo que significa el Caracas. Desde el presidente hasta el último trabajador de ahí adentro tienen un significado. Ser buena gente y tener respeto son valores que resaltamos. Si tenemos jugadores con buenos valores, vamos a tener mejores jugadores. Si tenemos jugadores que los valores no significan nada para ellos, capaz alguno sea buen jugador, pero no será completo, que es lo que buscamos nosotros”, argumentó el estratega sobre la labor que hacen en inferiores.

 

En referencia a esa formación personal ahondó: “Son valores que están en la sociedad, pero creemos que se han perdido un poco. Desde nuestro humilde lugar le hacemos ver a esos jugadores lo importante del saludo, del respeto y el cómo manejarse. Creemos que, si mejoramos la parte humana, vamos a mejorar al jugador. Si mejoramos los dos, tenemos mejores personas para la sociedad. Esto es un trabajo de hormiga, de día a día, con respeto al estudio y a los valores. Luego la consecuencia favorable la veremos en la cancha”.

 

 

Uno de los sellos distintivos en el Caracas son los trabajos selectivos, en los cuales buscan proyectar jugadores que en un futuro puedan jugar en el primer equipo. La idea es tenerlos cerca del plantel profesional. Los más grandes son un poco más fijos, pero los más bisoños suelen variar más. “A los jóvenes los vamos subiendo a medida que vamos viendo los cambios, incentivándolos un poquito al llamarlos al selectivo. Estos trabajos tratamos de que sean por puestos, de manera de que cada línea (defensores, medios y delanteros) tengan varios jugadores, para si en algún trabajo tiene que usar un equipo, Noel (Sanvicente) los pueda usar”, expuso. Las edades son variadas y en 2019 terminaron con tres jugadores nacidos en 2006 en el primer equipo. Otro objetivo es que ese talento lozano vea la realidad del primer equipo y genere sentido de pertenencia.

 

En esta planificación no se dejan detalles al azar, pero también hay cabida para esos versos libres. Ese talento callejero, ese jugador atrevido y gambeteador que se ve en las caimaneras o en los potreros, le dirían en Argentina, que se ha perdido un poco. “Cambió la sociedad y cambió el fútbol. Con las nuevas tendencias e informaciones se busca fomentar entornos que generen ese jugador salvaje que conocimos. Esa creatividad del jugador se pierde, porque el técnico limita. Hay que buscar que el jugador tenga esa creatividad que tenía en los potreros, tiene que volver a su fuente. El jugador latino es diferente al europeo”, afirmó López.

 

Como buen entrenador tiene el gusanillo de dirigir un primer equipo, pero por los momentos está plenamente dedicado a las inferiores y formar jugadores. No ha añorado tanto la línea de cal, porque le tocó dirigir a la categoría de Reserva en la final del año pasado, además de tener “mucha cancha” entre semana al estar al lado de los técnicos en los entrenamientos. Si bien le gustaría tener una mayor infraestructura para tener más espacio y explayarse en los entrenamientos, y así driblar las limitaciones del tiempo en horas de la tarde, está satisfecho y agradecido por su trabajo en el Rojo. Por los momentos se mantiene como una piedra angular en el resurgir de la cantera del Caracas.