Juan Pablo “Juanpi” Añor el “10” más “10” de la selección Vinotinto concentrada en Viena

 

Luis Vílchez @lvilchez8.- No es un secreto para nadie que José Néstor Pekerman es un defensor de la figura del enganche, pero con los respectivos matices del fútbol moderno, ya que en la actualidad es muy difícil ver un futbolista ser un calco de Ricardo Bochini o Carlos “El Pibe” Valderrama. Con Argentina tuvo a Juan Román Riquelme y con Colombia consolidó a James Rodríguez. Ante la duda de si el tiempo de parón había cambiado su sentir del fútbol o las herramientas de Venezuela lo harían modificar, pero en las primeras de cambio usó a Rómulo Otero, ante Bolivia y Uruguay por eliminatorias. Pero en los choques en Austria, ante Islandia (22/9) y Emiratos Árabes Unidos (27/9), podrá contar con Juan Pablo Añor.

 

El apellido Añor no solo tiene un peso en el Caracas FC, puesto que Bernardo Añor (padre) participó en los Juegos Olímpicos de Moscú, donde lució la dorsal “10”. Varias décadas después su hijo es el enganche más puro del balompié criollo. Su presentación en sociedad fue con un gol a Paraguay en un Sudamericano sub-15 de Bolivia (2009). El mejor momento del volante se dio con el Málaga, con la posibilidad de marcarle al Barcelona de Lionel Messi y al Real Madrid de Cristiano Ronaldo, dos equipos de época.

 

Luego fue una víctima de los efectos colaterales de la crisis económica de los blanquiazules encarnada la figura del jeque Abdullah Al Thani, que desembocó en su salida por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), ante la incapacidad del club de asumir su salario. Aunque en los medios llegó a decir: “Dije varias veces que estaba abierto a rebajarme el salario, pero nunca tuve respuesta”.

 

De ahí su carrera tuvo una curva descendente, con excepción de su pasantía en el Huesca, donde compartió con Yangel Herrera. Luego su ruta tomó un destino exótico: Al-Ain, de la primera división de Arabia Saudita. Allí cumplió la exigencia que se le hace a un jugador talentoso cuando va una liga no tan competitiva como el balompié del Viejo Continente: cinco goles en 18 partidos (1395 minutos), aparte de cuatro tarjetas amarillas. El infortunio se hizo presente en forma de lesión, pero no en la pubalgia que tanto lo aquejó, sino en una lesión de ligamento cruzado en su pierna derecha, el 10 de marzo de 2021. Tras un periplo en Portland Timbers, volvió al fútbol con el Caracas FC.

 

A pesar de ser una temporada sinuosa para los avileños, Añor ha marcado cuatro goles en 11 partidos (957 minutos) y vio tres tarjetas amarillas, cifras que puede engordar en la fase final B. Pero dio un nivel juego y un ritmo que llamaron la atención de José Néstor Pekerman, como de sus colaboradores, asiduos asistentes del estadio Olímpico de la UCV. La falta de regularidad de Otero en Fortaleza (Brasil) y entender que tanto Yeferson Soteldo como Jefferson Savarino dan un mejor rendimiento cuando parten de la banda, que desde el carril central le abren la puerta al caraqueño de la selección.

 

Esta etapa en Austria le servirá al estratega argentino para calibrar la realidad de Añor, un jugador con un largo historial de lesiones, pero que a sus 28 años está en la edad en la que se mezcla madurez con físico. El tope de los futbolistas. Su educada zurda puede ser clave como nexo entre la defensa y el ataque, una carretera poco transitada en la selección, más allá del juego directo a Salomón Rondón o transiciones rápidas, acciones en las que también puede brillar el ex Málaga como lanzador. De ñapa cobra como los dioses los tiros libres, ejecuta penales y te castiga en la zona 14 si le das espacio.

 

Por características es el único que cubre la mayoría de rubros que se le piden a un enganche. Pero si está sano, con ritmo y motivado, Añor no solo es el “10” más “10” de la Vinotinto, sino que un tesoro a la órdenes de Pekerman. El argentino que se ha caracterizado por ser orfebre de ese tipo jugadores de oro, se debe frotar las manos con un mediocampista que ya conoce la eliminatoria y tiene en su videoteca un golazo ante Argentina. Su último encuentro con el combinado patrio fue el fatídico debut de José Peseiro contra Colombia, en Barranquilla, cuando ingresó al 82’ por Jhon Murillo.

 

El estado físico de Añor y sus próximos destinos a nivel clubes serán determinantes para su continuidad en la selección. Si el volante y Pekerman se alían, el mediocampista podrá darle un vuelco a su carrera y el argentino acercarse a su objetivo de dejar una huella en la tierra de Bolívar. Obviamente, la mayor beneficiada será la selección nacional que tendrá un distinto, que jugará y hará jugar al resto.  Pero todo inicia en Austria, ante Islandia y Emiratos Árabes Unidos. En el país del Wunderteam (el mejor equipo de los años 30’), el “10”  puede alzar la mano y decir que puede ser el Mozart vinotinto o dejar pasar un tren dorado. Pasar de Juanpi a Don Juan Pablo, lo más difícil ya lo tiene que es el talento innato.