La Dinastía Useche “PURO FÚTBOL”

 

Corría la década de 1920 cuando los hermanos Wilson quedaron huérfanos. Víctima de retaliaciones por ser hijos de un inglés y una negra, huyeron despavoridos abandonando sus floridos y fértiles cultivos en la isla de Granada. Abordaron el primer vapor que estaba partiendo de su puerto y atracaron, unos días después, en la bulliciosa y pujante Maracaibo. Allí vivirían felices e indocumentados. Entre su escaso equipaje, sobresalía, con apenas 6 años, el menor de todos: un negrito flaco y alto de nombre Anfil.

 

Ya adolescente, Anfil se traslada a Mene Grande. Olorosa a petróleo, rebosante en trabajo y oportunidades. Comienza como ayudante y se forma en el oficio de electricista. El mismo que desempeñaría por el resto de su vida y dejaría a sus hijos como un legado de formación. En 1942 conoce a la mujer de su vida. Una morena de Valera, llamada Graciela Osecha, con la que procrearía ocho varones y una hembra, y le regalaría al fútbol una de las dinastías más fructíferas y brillantes de su historia.

 

Nerio y Lorenzo nacen en Maracaibo y en 1946 la pareja se traslada a Los Dos Caminos. Parroquia caraqueña de arraigo futbolero donde el nacimiento de Sherwin los obliga a buscar espacios amplios y escogen a la aledaña Boleíta para cimentar sus sueños capitalinos y solidificar su creciente prole, aumentada con la llegada de Delman al año siguiente.

 

Boleíta era un paraíso colindante con el majestuoso Ávila. Heredando su vegetación frondosa, sus árboles frutales y la frescura de sus manantiales. Alrededor de la quebrada Tócome se asentaron sus primeros pobladores, entre ellos la pareja Wilson Osecha, quienes, ante la carencia de documentos paternos tuvieron que registrar a sus vástagos con el apellido materno. Las equivocaciones de transcripción manual, comunes para la época, convirtieron un mal escrito Osecha, en el Useche que llevarían todos por el resto de sus vidas.

 

En 1951 nace Sheldon, y poco tiempo después, los sacerdotes Salesianos abren sus instalaciones que abarcaban un amplísimo terreno entre las Avenidas Francisco de Miranda y Rómulo Gallegos, siempre colindante a la Quebrada Tócome. Colegio hacia el Sur, Oratorio al Norte, los curas emprenden su apostolado en una zona que crecía a un ritmo trepidante y que tuvo al Barrio La Lucha, humilde como pocos, su epicentro multiplicador. Encontraron en el fútbol la herramienta imanada para atraer a los díscolos párvulos de la zona hacia los libros y el catecismo; formando así, sin proponérselo, una de las escuelas futbolísticas más trascendentes de Caracas y Venezuela.

 

El balón se convirtió en el protagonista del apostolado salesiano y los cracks empezaron a brotar por ebullición. Los Useche no fueron la excepción y, desde niños, se enfundaron la camiseta blanca con la cara del curita turinés en el pecho. Don Bosco y los 5 hermanos sellan un pacto de por vida y el Oratorio se convierte en su segunda casa. Horas interminables correteando tras el balón marcaron la infancia/adolescencia en la cancha salesiana.

 

En 1956 nace la única hembra de esta familia de futbolistas. Pero, para no perder la tradición, años después, Lilys se casaría con Angelis Padrón, el popular Terremoto; el mejor masajista del fútbol capitalino que comenzaría en el Don Bosco y terminaría haciendo brillante carrera en el Caracas F.C. y procrearían un vástago futbolista, como sus tíos.

 

Anfil en el 57, Hildubrando en el 60 y José en el 63 completarían la brillante camada de futbolistas que marcarían historia en nuestro balompié. En la década del 60, Don Bosco no tenía rivales en la Asociación de Miranda, ganando infinidad de títulos para sus vitrinas. La del 70 marcó la división tras la creación de LIDES, desertando todos los colegios católicos y la escuadra merengue se inscribe en la Asociación de Distrito Federal, donde vuelve a ser gran protagonista. La cancha, milagrosamente, se mantenía en muy buenas condiciones, a pesar del inclemente uso y los curas, permitían a los equipos profesionales de la época entrenar, a cambio de jugar partidos amistosos con sus juveniles. Un detalle brillante que marcó un plus diferenciador con los demás equipos capitalinos y permitió que sus jugadores tuvieran un fogueo extra y que pusieran sus ojos en ellos.

 

 

Prontamente llegaron las ofertas. Lorenzo primero y Delman luego, abrirían las puertas del profesional a muchos jugadores del Oratorio. Del Club Don Bosco emergieron los ocho hermanos Useche. Todos jugaron competencias federadas. Algunos fueron profesionales y cuatro defendieron la Selección Vinotinto.

 

A continuación, repasaremos brevemente, el perfil de sus carreras, teniendo a Lorenzo y Delman como los más emblemáticos por sus logros obtenidos.

 

NERIO USECHE (1943-2015): En su condición de primogénito tuvo que ayudar a su padre a compartir la numerosa carga familiar y ya a los 15 años trabajaba en una compañía trasnacional de centrales telefónicas. Del incipiente Don Bosco fue llamado al todopoderoso Dos Caminos en calidad de figura. Fue convocado por la Selección de Miranda pero sus obligaciones laborales impidieron su desarrollo futbolístico. Fue de los precursores de la dirección técnica en el Don Bosco, cuando esa profesión era empírica y sin capacitación federativa. Como futbolista fue un defensa central recio. De fuerza y muy buen juego aéreo, jugó en la 1ª Categoría hasta casi, los 40. Aun así, compitió oficialmente hasta 4ª de Veteranos.

 

LORENZO USECHE (1944-2004): Para muchos entendidos el más versátil de toda la dinastía. El de mejor y mayor calidad. El más completo. Aunque sus mejores actuaciones fueron como volante defensivo, su enorme técnica y excelente colocación le permitieron jugar como central y hasta lateral. En mi concepto, la tendencia a ser lento en el retroceso le restó brillo. Obtuvo, gracias a su calidad, una beca para estudiar 4° y 5° año en el Santo Tomas de Aquino. De inmediato fue llamado a la Selección de Distrito Federal de Peruco Castro y de allí al Juventud de América de 1964 en Colombia. El Galicia F.C. le ofrece su primer contrato y allí jugó varios años mostrando todas sus virtudes, pero el Tiquire Aragua lo seduce para ser de los históricos del cuadro maracayero y luego en el Valencia FC. En la ciudad jardín terminaría sus días, no sin antes jugar para la Selección de Mayores en la Copa Independencia del Maracaná en 1972. Al compartir alineación con Pito, marcó un hito que duró por décadas: Dos hermanos en cancha con la Selección Nacional. En la Copa Libertadores tuvo participación con Deportivo Italia 1969 y Deportivo Galicia 1970 y 1971

 

SHERWING “GORILA” USECHE (1946-): El primero en nacer en Caracas, trajo en sus genes una propensión a la obesidad que le truncó la posibilidad de la más alta competencia. Aun así, fue considerado uno de los más recios centrales de su generación en todas las categorías mirandinas con el Don Bosco y la Selección del estado en varios Campeonatos Nacionales. Alternó, exitosamente, el fútbol con las Artes Marciales llegando a ser cinturón negro. Corpulento y pesado, jugó hasta la categoría de Veteranos cambiando el balón por el silbato para convertirse en uno de los árbitros más pintorescos, emblemáticos y respetados del fútbol amateur capitalino. Genio y figura.

 

DELMAN “PITO” USECHE (1948-1993): Tuvo la carrera más brillante de todos. Tanto a nivel profesional como de Selección Nacional. Considerado por muchos el mejor Volante “8” de nuestra historia. Una mezcla de fuerza para recuperar, con calidad para salir jugando. Liderazgo con un físico privilegiado. Tranco largo y potencia. Imponía respeto sin ser violento. Un emblema que trascendió su generación. Primero el Dep. Italia, luego Galicia y Estudiantes de Mérida tuvieron el privilegio de disfrutar del talento de ese fenomenal volante mixto. Pisaba las dos áreas con igual solvencia. Hubiese sido candidato a exportación de haber existido las condiciones de mercado actuales. Al igual que Lorenzo, una vez retirado, ya casi cuarentón volvió a ponerse la camiseta blanca de sus amores para defender al Don Bosco en la Liga Distrital de 1ª categoría. Fue protagonista en el famoso Maracanazo del Deportivo Italia a Fluminense. Copas Libertadores con Deportivo Italia en 1969, 1971 y 1972. Con Deportivo Galicia en 1974 y 1975. Su debut Vinotinto fue en el Juventud de América de 1967 en Paraguay. Luego vendría el Preolímpico de 1968 en Colombia. En mayores disputó la Eliminatoria a México 70 y la Copa América de 1975.

  

ANFIL “CHATO” USECHE: (1957-) Aunque en los registros federativos su ficha apenas aparece como infantil y juvenil, quienes lo vimos en las canchas podríamos afirmar que tenía todo el potencial para haber llegado tan lejos como cualquiera de sus hermanos. Siempre vio el fútbol como un pasatiempo y se dedicó a disfrutarlo, como tal, en los equipos de Boleíta.

 

SHELDON USECHE (1951-2014): El afro tumusón y el bigote a lo Oscar De León caracterizaron a este pintoresco jugador. Su única participación con la camiseta Vinotinto fue en los Bolivarianos de Maracaibo en 1970 donde se obtuvo la medalla de plata. Fue baluarte de varios clubes profesionales. Con el aval del sello de calidad de sus hermanos mayores, apenas saliendo de Juvenil, el Deportivo Portugués lo contrata y comienza una carrera exitosa que se complementaría en el Deportivo Italia. Volante de marca, defensa central, lateral. Una polivalencia que lo hacían indispensable ante los DT. Disputó Copa Libertadores en 2 oportunidades, 1970 y 1971, ambas con la scuadra azurra.  Abandonó el profesional siendo aún joven, pues el bajón del fútbol de colonias coincidió con el boom económico de las empresas y esa profesión de electricista, enseñada y heredada de su padre, lo atrajo monetariamente cuando todavía quedaba mucha dinamita en sus botines. La categoría Master, casi cincuentón, le permitió vestir la camiseta bosconiana unos cuantos años antes de su muerte.

 

JOSÉ “CAIMAN” USECHE (1963-): Sus mejores momentos en el deporte aficionado coinciden con la debacle del Don Bosco, cuando unos sacerdotes jóvenes toman la dirección del Club y deciden darle la espalda al fútbol competitivo y lo abandonan para dedicarse a funciones recreativas y evangelizadoras. Ante esa desbandada, Caimán encuentra morada en el Caracas-Yamaha amateur, y unos meses después, se convierte en el 5° Useche jugador profesional con esa divisa. Sus devaneos con el fisicoculturismo aumentaron su musculatura a niveles impredecibles, restándole la flexibilidad que un futbolista requiere. Su carrera fue corta, pero la realidad es innegable. Ese apellido marca historia en nuestra historia futbolística

 

HILDUBRANDO “CERITO” USECHE (1960-): Emerge en el horizonte futbolístico cuando su apellido era una institución y sus hermanos leyendas en el firmamento venezolano.  Apeló a su físico privilegiado y a una dedicación a toda prueba para concretar una larga carrera como profesional. Luego de una convocatoria a la Selección Juvenil de Distrito Federal, recibe el llamado Vinotinto de esa misma categoría. Inmediatamente, el Deportivo Italia lo “pinta di blue” y se convierte en su habitual zaguero central por varias temporadas. De enorme presencia y reciedumbre, siempre intimidaba a los rivales en su posición. Con la selección Nacional participó en el Preolímpico de 1980 en Colombia y con el Deportivo Italia en la Copa Libertadores de 1985. Termina su exitosa carrera en el Caracas F.C.a mediados de los 90 para ingresar a la dirección técnica y fundar la Escuela Pito Useche donde dirige decenas de niños en la misma cancha que lo vio nacer: El Don Bosco.

  

Esta es una breve sinopsis de una larga historia familiar, pletórica de vivencias futboleras y cientos de anécdotas que abarcan varias décadas de partidos y miles vivencias. Una familia de hermanos futbolistas que marcan un hito en nuestro deporte. El apellido Useche, marcó la ruta e iluminó el sendero de los Páez, Mendoza, Iriarte, Lucena, Milillo, Cíchero, Añor y Rivas, entre otros, quienes, con su abundancia en nombres y talento, enaltecieron esta disciplina. A todos ellos, mil gracias, por tanto.

 

P.D.

Quien escribe, no puede ocultar su enorme emoción por ser testigo presencial de gran parte de la historia aquí contada. Tuve el privilegio de jugar en TODAS las categorías del Don Bosco desde Infantil C hasta la primera. Luego pertenecí a la segunda, Master y Super Master.  Récord único en la institución hasta que alguien me demuestre lo contrario. Con Lorenzo compartí la 1ª Distrital, incluso, la famosa final contra MOP que llenó el Brígido Iriarte en 1975. Un par de años después llegó Pito de su retiro profesional. Con Chato compartí un año de Juvenil y Con Sheldon y Cerito hice lo propio en las categorías Master. Nerio fue mi entrenador en la 2ª donde Sherwin se retiró como jugador activo. El único Useche que se me escapó de las canchas fue Caimán. Aunque en las caimaneras del 24 y 31 hicimos alguna pared juntos. Privilegios que atesoro y comparto con ustedes sin el menor afán de protagonismo, ni de pretender igualarme con la jerarquía y trayectoria de los que fueron cracks.

 

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@JaimeRicardoG