La Liga FutVe FEM necesita paciencia

 

Para muchos transcurrirá la edición 2023 de la Liga FUTVE FEM y no se enterarán de lo que sucedió, capaz alguno del campeón que represente a Venezuela en la próxima CONMEBOL Libertadores FEM. El colectivo afín al femenino, esa pequeña tribu que va en franco crecimiento, bramará por un torneo más largo, con mejores condiciones para las profesionales y con mayor difusión. La eterna tirantez del balompié practicado por mujeres, caminar entre el anonimato y el amor acérrimo de los que son devotos de esta disciplina.

Esta campaña oirá el pitazo inicial el próximo 4 de junio. En el grupo A estarán: Academia Puerto Cabello, Deportivo Táchira, Estudiantes de Mérida y Zamora. Mientras que en el sector “B” se encontrarán: ADIFFEM, Carabobo, Caracas, Metropolitanos y Monagas SC. Sí, ninguno de los dos finalistas, Deportivo Lara y Madeira Club Lara. Tampoco Deportivo La Guaira que fue semifinalista. No hay que ser muy perspicaz para entender que están solo los ocho equipos que su divisa masculina clasificó a competiciones internacionales, sumado al proyecto de ADIFFEM, que recuerda a lo que era en otrora Estudiantes de Guárico o Flor de Patria, elencos netamente femeninos.

Hay que recordar que el curso anterior compitieron hasta 14 clubes. Aparte los nombrados no repiten: Bolívar SC, Academia Anzoátegui, Hermanos Colmenárez y Zulia FC. Pero así es la historia del fútbol femenino en Venezuela. Se pasó de sacar cierta ventaja con la Liga Nacional en 2004, a pesar de su infinidad de forfeits, donde se iba a la CONMEBOL Libertadores con selecciones nacionales. No de gratis se llegó a la final del torneo más prestigioso de clubes en par de oportunidades: 2014 (Caracas FC) y Estudiantes de Guárico (2016). Pero desde que se profesionalizó por decreto de la FVF en 2017, nunca se ha pasado la fase de grupos. Ahora es una liga más que todo sub-17 y sub-20, con el limitante de que las niñas tienen que tener 16 años para debutar. Irónico en el país donde Verónica Herrera tiene un Récord Guinness de precocidad.

Se suele confundir que lo contrario al amor es el odio, pero, en verdad, es la indiferencia. Ese es el gran castigo que ha sufrido el fútbol femenino. Una condena sin justificación para una disciplina que ha sido criminalizada y hasta prohibida en países como Brasil, hoy la gran potencia de CONMEBOL. Sus defensores exigen una rápida reivindicación y cualquier avance que no vaya a la velocidad de Usain Bolt es desdeñado. Otro frustración para la maleta. Pero hay que entender que es un proceso paulatino.

Primero que todo hay que entender que la liga local y la Vinotinto van juntas, pero no revueltas. Una clasificación al Mundial no está atada a tener un torneo doméstico robusto. Es de Perogrullo que un certamen fuerte le daría más herramientas a Pamela Conti. La DT italiana ha abogado por un campeonato más consolidado. Pero ese proceso de profesionalización tardará un tiempo y los desafíos del combinado nacional son otros, repasados en esta columna: “Los retos de la Vinotinto femenina”. Siendo conscientes de que para que el cambio sea duradero, se tienen que establecer bases fuertes, también se habló de la importancia que tienen las Asociaciones en el fútbol femenino formativo. “Hacer crecer el fútbol femenino desde las raíces”, ahí ese otro texto.

Es imprescindible hablar de que el mundo vive una recesión mundial, luego de la pandemia de la COVID-19 y los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania. Mientras que Venezuela navega una crisis económica que va a pisar una década, con puntos graves como una de las hiperinflaciones más largas de la historia. El deporte es un negocio y para que crezca necesita inversión. En el caso del fútbol femenino no es de rápido retorno, se necesita rascarse el bolsillo para construir la estructura que permita ese salto del amateurismo a un torneo profesional. El marco que rodea al país no es el más halagüeño en lo económico, sobre todo tras la explosión de la burbuja de consumo.

En lo social tampoco hay tanto desarrollo. Los Mundiales de Canadá 2015 y Francia 2019 han tenido el impulso de la Cuarta Ola del Feminismo, que tuvo su eclosión con el movimiento #MeToo. Pero en Venezuela estos temas reciben oídos sordos. La economía nos llevó a luchar por satisfacer la base de la Pirámide de Maslow. Cuando no estamos pendiente de cuándo llega el agua para lavar ropa y platos, soltamos improperios por los constantes cortes de luz, mientras otros hipotecan sus pulmones al cocinar a la leña. Quedó un resentimiento a la política y todo lo que suene a progresismo. Por eso se ve con recelo los derechos de igualdad a la mujer, a la comunidad LGTBIQ+, medio ambiente, eutanasia, aborto entre otros. Esos debates del Siglo XXI suenan a palabras vacías. Tenemos conflictos de siglos anteriores como sueldos que promueven la neoesclavitud o luchar por la propiedad privada. Sin mencionar una Ley del Deporte mojigata que no permite el patrocinio de casas de apuestas o de bebidas alcohólicas, habituales en nuestros vecinos de CONMEBOL.

Por eso tiene que reinar la paciencia. No tirar la toalla cuando la Liga FUTVE FEM puede parecer más un torneo relámpago para buscar un representante para la Libertadores 2023, en Colombia (5-21 de octubre), más que un Brasileirão Femenino. ¿Se le puede exigir más a la FVF? Sí, pero no se puede desconocer la actualidad de Venezuela, además dentro de la estructura hay persona con Franjolys Borges, que es una verdadera doliente del femenino. Lo más sencillo es ver al ente federativo como la cabeza de turco. Hay que exigirle acciones coherentes y constantes. El cambio es tarea de cada integrante del mundo del fútbol.

Toca seguir luchando con las armas que se tienen: difundir el campeonato. Invitar a la gente a que se acerquen, que descubran que es un buen producto. También sería bonito que los jugadores de la Liga FUTVE dieran su apoyo, como a las legionarias de la Vinotinto. Todos tienen que poner su granito de arena, los que viven dentro del país como fuera. Esto no se va a arreglar mañana y capaz sea un proceso que nos agarre peinando canas en nuestra cabeza, pero que se tiene que hacer. Críticas constructivas y propuestas potables. No caben soluciones mágicas, sino un camino a largo plazo.

PD: Muchos ven todo oscuro, pero como en el debate final de True Detective en su primera temporada –si no la han visto háganse ese favor– la luz vence a la oscuridad –spoiler alert en ese hipervínculo. En este caso, el apoyo al fútbol femenino le gana al anonimato.