La Sub-15 es importantísima

 

Pasaron muchos meses sin tener noticias de la Vinotinto sub-15. Para dar una fecha aproximada, desde principios de diciembre de 2019, cuando culminó el Sudamericano de la categoría en Paraguay. En ese momento Frank Tamanaco Piedrahita tomó las riendas de la sub-17. Llegó la pandemia, falleció Jesús Berardinelli, en funciones en el cargo de presidente de la FVF; la FIFA intervino el ente rector del balompié nacional con una Junta Normalizadora, se dio el triunfo de Jorge Giménez como nuevo mandamás de la institución. El anonimato en el primer escalón de las selecciones nacionales ya tiene cara.

El pasado 3 de mayo, el ente rector del balompié criollo publicó una nota donde daba a conocer el cuerpo técnico. “La Federación Venezolana de Fútbol eligió el nombre de Marcelo Lamas para dirigir la selección nacional Sub-15, acompañado de un cuerpo técnico venezolano que incluye a Hugo Savarese como asistente técnico, Hugo Rodríguez en el rol de preparador físico y Juan Pabón como entrenador de arqueros”, rezaba el texto.

Pero, ¿Quién es Lamas? “Marcelo Lamas, argentino de nacimiento, a sus 37 años de edad conducirá el grupo más joven de La Vinotinto. Su formación como futbolista data de las inferiores del Club Atlético Velez Sarsfield. A partir de allí, cosechó una trayectoria de más de 14 años como jugador en clubes de primera y segunda división del fútbol argentino”, dice la nota. Para más señas agregaron: “Lamas fungió como responsable de metodología y desarrollo del Instituto Tecnológico de la Asociación del Fútbol Argentino, con enlace a sus sedes alrededor del mundo. Su reto próximo será ir confeccionando el grupo de la Vinotinto Sub-15 que disputará el Sudamericano de la categoría en Bolivia, del 17 de noviembre al 03 de diciembre”.

Si tiene memoria se preguntará, ¿Por qué no es venezolano, si Jorge Giménez prometió que iba a ser un DT nacional? Bueno, muchas veces, el presidente de la FVF se mete en pantanos por hablar de más. Lo cierto es que el pasaporte del estratega, en lo personal, no me parece trascendental. Menos en un mundo globalizado. Acabamos de ver el ejemplo de Ricardo Valiño al clasificar al Mundial sub-17. Una selección donde muchos jugadores en procesos formativos solo comieron dos veces al día y que quedó acéfala a pocos días de la competencia, por más que tuvo un buen scouting entre Daniel Brizuela y Luis Ángel Sánchez. Aparte de los trabajos de Damián Ayude y Cristian Palandella. Si vamos más atrás, se habla mucho de Richard Paéz y César Farías, pero poco se le reconoce a José Omar Pastoriza.

Lo relevante es el trabajo que realice Lamas en un grupo al que poco se le presta atención. La sub-23 y la sub-20 seduce porque están a un paso de la absoluta. La sub-17 tiene el gancho de dar cupos a un Mundial. Pero la sub-15 no es atractiva como producto para el espectador promedio ni el muy futbolizado. Ni siquiera para la TV. Sin embargo, eso no le quita su nivel de importancia. Mucho más en el contexto postpandemia que se cortaron muchos procesos de formación y luego de salir de la hiperinflación, que ha dejado como secuela inseguridad alimentaria en el país (más del 70% de los hogares lo sufrió en 2022). Ni hablar de la educación, que me terminó de deprimir y no sigo el texto.

En un país no tan masificado ni con tanta población vas a encontrar un universo limitado de jugadores, que arrastran fallas cognitivas, psicológicas, físicas y tácticas, más allá de que pueda tener mucha técnica, posiblemente sean muy silvestres. El trabajo va a ser necesario. La preparación para 2019 fue atípica, pero en forma positiva, porque tuvieron amistosos en República Checa como un torneo amistoso en Trinidad y Tobago. Es una incógnita si la FVF le dará esa herramienta a Lamas o serán puros módulos.

“Tienes prohibido equivocarme en la escogencia, porque las equivocaciones en esta escogencia afectan el desarrollo del proceso y del fútbol nacional”, les decía Walter “Cata” Roque a entrenadores como Frank Tamanaco Piedrahita. De ahí la importancia del trabajo de Lamas, sus equipos de trabajo y de Luis Ángel Sánchez. Buscar esos jóvenes talentos que puedan hacer la escalera hacia la adulta, como en su momento Tomás Rincón o Yangel Herrera. Una labor que debe ir de la mano con la comunicación con los padres de los jugadores. No solo el jugador tiene que ser de selección, sino también su progenitor. En la nueva Venezuela de la migración, de la persona que lo esté criando, el tío o la abuelita.

Más allá de los resultados, que tienen su importancia, porque la formación no se puede divorciar de la competitividad, debe ser el legado en crecimiento personal y futbolísticos. Educar a la persona y pulir al jugador. Un trabajo integral. Que sean unos chamos que le den los buenos días a todos en el CNAR y recojan su silla cuando terminen de comer. Unos jugadores que sepan perfilarse y dar un pase. La gran mayoría se enterará de esto cuando pase el tiempo, porque pocos serán los que se tomen el tiempo de ver el torneo -últimamente lo han transmitido por Facebook Watch.

¿Fuera de la selección? Desde la Pandemia entiendo que no se ha realizado el Campamento PAN, que era un buen fogueo para esta categoría. Quedan la Liga de Desarrollo de Conmebol sub-14, antes conocida como CONMEBOL Evolución. El vigente campeón es Estudiantes de Mérida, que irá a la Fiesta Evolución Conmebol. De resto la Liga Futve Junior sub-15. Antes la Serie Elite empezaba desde sub-13 y su último campeón fue Zamora ante un Atlético Venezuela que llegaba invicto, en 2019. ¿Algo más? Los torneos estadales de cada región.

El proceso comenzó con 25 convocados entre el 21 y el 25 de mayo. El segundo lote fue de 27 atletas del 28 mayo al 2 de junio. Todos hacen vida en clubes de la Liga FUTVE y Liga FUTVE 2. En otrora había muchos nombres de academias o clubes sociales. Hoy todos están dentro de un elenco que hace vida en esas categorías o el caso de Juan Boyer, que es ficha de Aragua FC, que disputa la Liga FUTVE Junior, a pesar de que su futuro en profesional es una incógnita.

El futuro a largo plaza de la Vinotinto está en manos de Marcelo Lamas. No generará grandes titulares y no podrá clasificar a un Mundial, porque en esa categoría no hay. Pero su trabajo, más allá de competir en Bolivia, será escoger jugadores, que si todo sale bien (entre lesiones y decisiones personales) puedan llegar a la absoluta. Por solo eso, la sub-15 es importantísima.