Los desafíos de Pékerman en categorías menores: potenciar, sanar y seducir

 

Luis Vílchez @lvilchez8.- El proyecto de José Néstor Pékerman al frente de la selección nacional tiene un objetivo claro: Estados Unidos, Canadá y México 2026. Pero detrás de eso, junto a su cuerpo técnico (Fernando Batista, Leandro Cufré y Patricio Camps), viene a desarrollar las categorías menores de la Vinotinto en un plan integral. Su gran legado en Argentina con tres Mundiales sub-20 y una cantidad de jugadores sensacionales. Al frente de Colombia no tuvo este rol, pero con Venezuela lo retomará. Si cumple su contrato tendrá dos ciclos de Sudamericanos juveniles (sub-15, sub-17 y sub-20) entre 2023 y 2025. Aunado al Preolímpico de 2024. Más allá del sueño mundialista y el inmediatismo, su legado en las fuerzas básicas puede cambiar la historia del país. Pero para eso tendrá tres desafíos: potenciar, sanar y seducir.

 

Potenciar

 

El estratega argentino tendrá bajo su mando a la generación mejor preparada en categorías juveniles de la historia de Venezuela. Cabe destacar que mejor preparada no necesariamente significa la mejor. Nadie dice que esta camada tiene mejores jugadores que Juan Arango, Pedro Acosta, Stalin Rivas, Gabriel Urdaneta, José Manuel Rey, Rafael Dudamel, entre otros nombres. Pero a los efectos los resultados positivos que trajo la norma juvenil (instaurada desde 2007) y de la estructura de torneos nacionales en varias categorías (Serie Oro y luego Serie Élite), se le sumó una planificación sesuda para los Sudamericanos sub-20 de 2017 y 2019.

 

Para la cita en Ecuador 2017 la tropa comandada por Rafael Dudamel llegó con 17 meses (inicio en agosto de 2015) de trabajo y 25 módulos realizados. Disputaron torneos importantes como el COTIF (España), semifinalistas, y la Copa de los Andes (Perú), alzaron la copa. También enfrentaron las categorías sub-20 de varios clubes: Millonarios, Atlético Nacional, América de Cali, Junior (Colombia) y Atlético de Madrid (España). Las únicas selecciones de Conmebol con las que no se midieron fueron: Brasil, Bolivia y Chile. Al ser un certamen en altura, también estuvieron 30 días entre el Páramo La Culata y Bogotá antes de ir a suelo meridional.

 

¿Los resultados? Tercer lugar del Sudamericano y el boleto a Corea del Sur 2017. Antes del Mundial realizó un módulo en Italia, donde enfrentó a la azzurra y los equipos primavera de la Juventus y la Sampdoria. En suelo asiático lograron la hazaña de quedar subcampeones del mundo. Algunos nombres de este ciclo: Wuilker Fariñez, Joel Graterol, Ronald Hernandez, Nahuel Ferraresi, Josua Mejías, Yangel Herrera, Ronaldo Lucena, Yeferson Soteldo, Sergio córdova, Daniel Saggiomo, Ronaldo Peña, Heber García, Antonio Romero, Adalberto Peñaranda, Christian Makoun, Samuel Sosa y Jan Hurtado. Los tres últimos fueron parte de la camada de 2019.

 

La memoria se queda con los héroes de Corea del Sur, pero se olvida que se quedó a dos puntos de clasificar luego de empezar con un empate (1-1) versus Uruguay y vencer (2-0) a Brasil, en las primeras dos jornadas del hexagonal final. Para esta cita la preparación inició el 14 de agosto de 2017 y se efectuaron 29 módulos de trabajo. En la tierra de Bolívar la selección recorrió: Táchira (disputó un amistoso contra Colombia), Portuguesa, Lara (cuadrangular contra Perú, Bolivia y Ecuador), Mérida, Yaracuy, Distrito Capital y Carabobo. Tuvo roces contra los planteles profesionales de Caracas FC y Puerto Cabello. Todo bajo el mando de Dudamel.

 

A este lote de jugadores también le sellaron bastante el pasaporte, porque tuvieron dos módulos en Cali y otro en Medellín. En Paraguay jugaron un cuadrangular contra la Albirroja, Japón y Chile. Cruzaron el charco para medirse ante Alavés, Athletic Bilbao y Espanyol. La preparación llegó al punto en que una etapa se dividió en dos grupos para disputar al simultáneo un cuadrangular en Florida (Jamaica, EEUU sub-20 y EEUU sub-19) y par de amistosos en Catar, ante los locales. A este se le suma los Juegos Bolivarianos de Santa Marta (2017) y el año siguiente el COTIF y los Odesur de Cochabamba.

 

De esta camada destacan los siguientes jugadores: Carlos Olses, Miguel Silva, Pablo Bonilla, Ignacio Anzola, Miguel Navarro, Rommell Ibarra, Jorge Yriarte, Cristian Cásseres Jr, Jorge Echeverría, Jesús Vargas, Brayan Palmezano y Júnior Paredes. Difícil que otras generaciones en el pasado logren superar la cantidad de módulos y partidos internacionales que acumularon estas dos camadas. Lamentablemente para el ciclo 2021 la pandemia estropeó todo, sumado a los conflictos en la Federación Venezolana de Fútbol, que terminaron en las salidas de José Hernández y Martín Carillo. Cabe destacar que tampoco se aprovecharon este lote de jugadores, de los Sudamericanos sub-20 de 2017 y 2019, para el Preolímpico de Colombia de 2020, donde Amleto Bonacorso no pudo contar ni con el tiempo ni los módulos necesarios para afrontar de la mejor manera la competición.

 

De esta generación que la pandemia los privó de un Sudamericano sub-20 figuran: Wilbert Hernández, Diego Gil, Jon Aramburu, Carlos Vivas, Clyde García, Telasco Segovia, Abraham Bahachille,Edgar Carrion, Yerson Ronaldo Chacón, Wilkelman Carmona, Angelo Lucena, Anderson Contreras, Jeizón Ramírez Chacón, Luifer Hernández, Junior Paredes, Matías Lacava, Jovanny Bolívar, Jeriel De Santis y Saúl Guarirapa. El reto estará en potenciar a las dos camadas mejor preparadas de la historia y buscar la manera de sacar el mejor rendimiento de este último grupo con poco rodaje.

 

 

Sanar

 

El proyecto de categorías menores no solo se fundamentará en sub-20 o sub-23, sino que se presume que trabajarán aguas abajo con la sub-17 y la sub-15 (el primer peldaño en la escalera vinotinto). Los jóvenes vienen con un plomo en el ala con la crisis sanitaria por el COVID-19, que paró por más de un año las categorías menores a nivel nacional. Más allá de algunos torneos estadales de las asociaciones, competencias entre clubes en la capital y la primera edición de la Liga Futve Junior (casi que en formato relámpago para obtener a un equipo que vaya a Libertadores sub-20) el daño es grande. Más cuando en el vecindario de Conmebol otros países consiguieron soluciones para esas generaciones de relevo.

 

La labor de Pékerman y su cuerpo técnico (con acento en Fernando Batista) no será lidiar con las consecuencias de la pandemia, sino con las dificultades de un país que atraviesa la peor crisis de la historia de Latinoamérica. Evaluar solo la cancha sería un análisis muy miope cuando el fútbol lo practican seres humanos que no son ajenos a los desafíos de la cotidianidad. La ENCOVI (Encuesta de Condiciones de Vida de la Universidad Católica Andrés Bello) dejó datos escalofriantes: 94,5% de la población en Venezuela estaba en situación de pobreza y 76,6% en pobreza extrema. Es más, si se distribuye de forma equitativa el ingreso actual del país cada persona recibiría un dólar diario.

 

La carencias en los bolsillos se refleja en las neveras, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) advirtió en 2019 que 9,3 millones de venezolanos padecían inseguridad alimentaria. “No estamos hablando de dieta saludable, equilibrada y completa; estamos hablando de que el 70% de los hogares sacrifican todo lo demás, educación, medicamentos, salud, vestido, calzado, para poderse alimentar”, dijo Marianella Herrera, nutricionista, para el portal El Estímulo.

 

Cuando lo acercamos al fútbol vemos declaraciones como: “Me ha tocado chicos que sufrieron desnutrición en la niñez y hoy tienen 16, 17 años que todavía botan proteínas por la orina, que dejan en evidencia que son daños crónicos difíciles de revertir”, Silvana Aron, nutricionista deportiva con dilatada trayectoria en el Futve. Es complicado que en un campeonato donde las deudas son un mal endémico y los participantes son más equipos de fútbol que clubes de fútbol, van a contar con la estructura de dotar de alimentación a la mayoría de sus talentos. Tendrán que escoger los que consideren más prometedores, con el riesgo de que al final no exploten, y por contraparte se pierda talento.

 

Pero no es solo un tema de alimentación, sino de la capacidad cognitiva cuando de 12 millones de demandantes (entre las edades comprendidas entre 3 y 24 años), en el período de 2020-21, solo el 65 por ciento se inscribió en un centro educativo. Cuando en 2014 esa cifra ascendía al 73 por ciento. El fútbol no se juega solo con los pies, sino con la cabeza.

 

De ñapa, Venezuela fue el único país que no disputó la fase nacional (final) del Torneo Evolución, que comprende la categoría sub-13 masculina, junto la sub-14 y sub-16 femenina en 2020. Más rezago con el resto de los rivales a nivel de competencias, estructuras, alimenticio y cognitivo. Ni por asomo, Pékerman va a resolver esas dificultades ni son problemas en los que el mundo del balompié pueda hacer gran cosa, pero sí tiene que convivir con ellos.

 

“Tenemos que apoyar al nuevo DT en sus planes y proyectos que presentará para el fútbol venezolano, pero les recuerdo que cambiamos de DT, no de país”, tuiteó de forma sensata el ex DT Vinotinto, Eduardo Borrero. La tarea de Pékerman será sanear las categorías menores con la única medicina que puede darle: un plan claro y una metodología definida. No hay tiempo que perder, ni recursos que malgastar. El margen de error es cero para un país que no produce futbolistas al ritmo de Brasil o Argentina, y que por la actual coyuntura tendrá que buscar métodos para que la crisis no los prive del próximo Faríñez, Herrera o Soteldo.

 

 

Seducir

 

Esta crisis se traduce en que más de 5 millones de personas salieron del país a buscar un mejor futuro, la gran mayoría entre 15 y 49 años. Una cifra que seguirá en ascenso por la reagrupación familiar y lo profundo de los problemas de Venezuela. “La posibilidad de un retorno masivo de venezolanos es escasa”, explicó Anitza Freites, geógrafa y especialista en Estudios sociales de la población, en la presentación del ENCOVI 2021.

 

Para graficarlo, David Smolansky, comisionado de la OEA, tuiteó que en Lima, capital de Perú, hay 800.000 venezolanos, más que Yaracuy, Apure, Vargas o Cojedes. En Colombia se manejan cifras que superan los 1,7 millones de migrantes criollos. En Chile la Casen (Encuesta de Caracterización Socioeconómica) arrojó que 490 mil venezolanos residentes en el país austral, de los cuales el 76% vive en la Región Metropolitana. Esto en clave fútbol se puede entender con una gran cantidad de talento que necesita seguimiento y ser captado. Se insiste en el concepto, es doloroso tanto conciudadano fuera, pero los gerentes de balón no pueden resolverlo, solo deben lidiar con una cruda realidad.

 

A esto se le suman los efectos de la globalización donde se ve un inglés con Chile (Ben Brerenton), un italiano en Perú (Gianluca Lapadula), un camerunés en Bolivia (Marc François Enoumba) o un español con Ecuador (Jeremy Sarmiento). También la clásica de un argentino nacionalizado paraguayo, uno de los casos más reciente fue el de Héctor David Martínez. Pékerman lo vivió en su momento cuando trabajaba en AFA y evitó que Lionel Messi jugara con España.

 

En Venezuela no sería nada novedoso, por la selección han pasado: Enrique Peña Zauner, Fernando Amorebieta, Massimo Margiotta, Jefrrén Suárez o los hermanos Feltscher (Rolf y Frank). También hubo casos que no se pudieron amarrar, por diversos motivos, como: Reimond Manco (Perú), Danny Alves (Portugal) o Jorge Valdivia (Chile). En la actualidad se barajan nombres como: Alejandro Marques, Ernesto Torregrossa o Thomás Gutiérrez.

 

Lo cierto es que por lo antes expuesto, el scouting será clave tanto en la absoluta como en las categorías menores. Pero ningún jugador va a venir a una selección solo por desayunar arepas con diablitos y cenar tequeños. Ser futbolista es un trabajo y la selección, más allá del chovinismo es una plataforma para tener una mejor carrera. La Vinotinto viene de quedar colista rumbo a Rusia 2018 y tiene complicado salir del foso en los últimos cuatro encuentros. No es nada atractivo un equipo así, que además nunca ha ido a una Copa del Mundo ni ha ganado una Copa América.

 

Ahí entra el “efecto Pékerman”, una figura imponente en el fútbol mundial y que ha moldeado grandes carreras. Ese será su tercer desafío durante estos cinco años, aparte de captar ese talento, seducirlo para que escoja a la Vinotinto por delante de: Chile, Colombia, Perú, España, Estados Unidos, Argentina, Ecuador, entre otros destinos donde están diseminados por el mundo los venezolanos. No será fácil, pero si había una figura en el mercado capaz de lograrlo, ese era tricampeón del mundo sub-20.