Los Jabalíes Salvajes nacieron en Croacia

 

Mientras la historia  del fútbol se alimente de la supervivencia del ser humano,  se escribirán capítulos apasionantes,  como el que han protagonizado Croacia y Francia en el Mundial de Fútbol Rusia 2018.

 

Un suceso, por poco trágico, ha permitido que coincida con la fiesta del balón orbital, la heroica resistencia de 12 niños futbolistas  y su entrenador, extraviados en las oscuras grutas de un parque de Tailandia. Celebramos que hayan sido rescatados por la experticia que puso Dios en las manos de un montón de valientes, empujados por la sinergia universal.

 

Llegó la FINAL…

 

Vamos a ver  a Francia,  una composición interracial que remite a la mayoría de sus integrantes a un pasado que nunca termina, el del éxodo africano y árabe, fundamentalmente, provocado por condiciones sociales desfavorables como el hambre, las guerras y muchos tabúes en sociedades de dudosa racionalidad y gobiernos insensatos.

 

Y por el otro lado, a Croacia. Ese camión de lucha y garra, esa mística nacionalista, de unos jugadores con cara de perro, excepto el pequeño extraterrestre Luka Modric.  Jugadores que fueron niños,   herederos de las heridas de una  guerra fratricida, salvados milagrosamente. El mundo entero se ha  enterado en detalle de los acontecimientos tristes y espeluznantes,  que pudieron truncar sus carreras y sus vidas.

 

Por el tercer lugar, también han sido un catálogo de colorida mistura  Bélgica e Inglaterra, elencos en los que los rubios son y serán excepción  cada vez más, a despecho de quienes de forma hipócrita  claman por el  #Respect  de la campaña inclusiva y antirracista, llena de buenas intenciones para una foto conjunta de simulacro.

 

Y estemos claros, el mundo sigue siendo más fácil y menos hostil para los blancos en la vida normal. Sólo el deporte -¡Oh, feliz invento!-,  permite esa rebelión de las razas en minusvalía, llámense negros, zambos, mestizos, chinos, árabes, gitanos, y para todo el que no tenga un pasaporte de primer mundo.  

 

Porque el balón es capaz de erigir  héroes de fábula de todas las pieles,  líderes indiscutibles, motivadores extraordinarios,  para superar las dificultades, como los niños del equipo  de “Los Jabalíes Salvajes” y su sensacional entrenador, a quien habría que premiar por su capacidad para mantener con aliento la esperanza a esa pequeña manada –valga el término- de humildes chicos asiáticos.

 

El libro de Génesis debió omitir un objeto maravilloso en el primer día de la Creación del mundo…”En el principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra empero estaba informe y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo.… Entonces,  arrojó un balón  y se hizo la luz  convertida en fútbol, para que los más humildes, los más sufridos,  nunca pierdan la fe…”

 

Perdón,  por tanto sacrilegio…