Tenemos que hablar, FutVe

 

Vamos al grano. Sin tantos rodeos, querido futve, pero esto no puede seguir así. El amor duele, pero lo de estas semanas es tóxico. No es un secreto que las actuaciones en copas internacionales, sea CONMEBOL Libertadores o CONMEBOL Sudamericana no son positivas, para usar un eufemismo. Estamos acostumbrados a las hazañas, no a la regularidad. Al recuerdo del Deportivo Táchira de 2016, como más fresco. A  esbozar una sonrisa cuando se rememora ese Caracas de 2007 y 2009. Inflar el pecho con el Táchira de César Farías en 2004. ¿Cómo no rendirle tributo a Estudiantes de Mérida en 1999, la semilla de donde germinó el “Boom Vinotinto”? Cuando se entiende que el balompié criollo no nació en el siglo XXI hay que hablar de las semifinales de Portuguesa (1977), Atlético San Cristóbal (1983) y ULA (1984). Por favor, que en el Oriente me perdone por nombrar al final los cuartos de final del Minerven (1994).Todo esto en Libertadores, la crema y nata de Sudamérica.

Otra pregunta, ¿Cuántos recuerdan las semifinales de Caracas en la Copa Merconorte de 1999? Ahí perdió en penales ante Independiente Santa Fe. ¿Más hazañas? El “Pequeño Maracanazo” del Deportivo Italia contra Fluminese por allá en 1971. De resto nuestro prestigio cuando sale por Maiquetía es  golpeado por la realidad con la fuerza de Manny Pacquiao. Las derrotas se han hecho parte del pan nuestro de cada día. Pero pasamos de las “victorias morales”, siempre derrumbadas por ese gol en el prólogo que se apellida “venezolanada”, a unas goleadas dolorosa. Una mala imagen que complica la venta del producto. La mejor campaña de publicidad en torno al fútbol fue el “Siéntete Grande” de Caracas y nació luego de sendos triunfos ante River Plate, entre otros lauros.

El campeón Metropolitanos cayó ante: Nacional (1-2), Internacional (1-0) e Independiente de Medellín (4-2). El subcampeón, Monagas SC, es el único que sumó, lo hizo en casa y ante un gigante: Boca Juniors. El detalle es que los argentinos terminaron con nueve. Luego resbaló (1-0) ante Colo Colo y (2-1) frente a Deportivo Pereira. El equipo sensación de la Liga FUTVE, Academia Puerto Cabello tampoco ha revertido la dinámica. Todos sus partidos: Tolima (0-2), Sao Paulo (2-0) y Tigre (3-0) son derrotas. Hay que ponerles un asterisco a Estudiantes de Mérida, porque casi no sale esta campaña por problemas financieros. Al principio mantuvo resultados cortos ante San Lorenzo (0-1) y Palestino (1-0), pero en Brasil recibió un (6-1) de Fortaleza. ¿De qué hablamos? Un solo punto de 36 posibles, ergo, una efectividad de 2,7 por ciento. Es crudo. Va directo al corazón. Desmotiva, cuanto menos.

Se han tomado medidas. Los mejores resultados de los equipos criollos han sido con varios importados, por eso la Liga FUTVE aumentó el cupo a seis foráneos. De por sí hubo un reducción de 21 clubes, hace no mucho, a un total de 15. ¿Falta el VAR? Sí, pero eso requiere una gran inversión y si no se tienen todas las cámaras para las mejores tomas, la herramienta no resuelve mucho. Solo basta ver las polémicas de España o Inglaterra. Medidas como la Licencia de Clubes, con sus bemoles, nos ha regalado un Angostura en orden y que ha sido revelación del campeonato, luego de ser el campeón de la Liga FUTVE 2. Los entrenadores, por iniciativa propia, se preparan y se actualizan. El talento está, para muestra un botón: la clasificación al Mundial sub-17 y hace unos seis años un subcampeonato del mundo sub-20.

El contexto económico condiciona a la hora de retener el talento, de hacer buenas pretemporadas, armar logísticas correctas y de traer importados de mayor envergadura. Es una situación país de la que no es ajena el fútbol. Se acentuó luego de la pandemia y una hiperinflación. La solución Deus ex machina, como en el teatro griego, es que venga el Grupo City, Red Bull o los dueños de Independiente del Valle a comprar un club e inyectar su dinero – y metodología. Más verosímil es que el Gobierno nacional decida hacer una mayor inversión en el fútbol a nivel de clubes, más allá de ser un pulmón para las selecciones nacionales. Pero no es suficiente.

Por eso tenemos que hablar, futve. Nos tenemos que escuchar. Parafraseando a John F. Kennedy, no preguntes que puede hacer el futve por ti, sino que puedes hacer tú por tu fútbol. Presidentes de los clubes, entrenadores, jugadores, fanáticos, todos los que tienen que ver con el balompié criollo. De nada sirve meter el dedo en la llaga. Todos perdemos cuando al salir al concierto internacional nuestro soundtrack no es de alegría caribeña, sino que somos el lamento de Rocío Durcal cantando “La gata bajo la lluvia”. Basta. Parte del cambio inmediato es psicológico, mientras se apuesta al largo plazo por corregir errores de formación.

Cambiar esta dinámica vale más que ganar una estrella, pero se necesita de TODOS. Si cada uno hace la guerra por su lado, aumentará la colección de recuerdos de Vietnam. No tienen que ser foros abiertos, ni de cara a la galería. Pero si debe haber un conclave, que cada uno de su aporte, porque el prestigio de la Liga FUTVE sufre con cada derrota. Que esta iniciativa sirva para generar cultura de fútbol en un país donde un gran éxito se celebra con un “la sacaste jonrón” cuando nuestros rivales dicen “¡Qué golazo!”.

De corazón quiero creer que al final estos varapalos servirán para tomar correctivos. Hacer un proyecto. Que todos remen para el mismo lado, que desemboque en jugadores mejor formados, entrenadores dirigiendo en el exterior, clubes autosustentables, una prensa que hable de fútbol y unos fanáticos asiduos al estadio. Capaz peque de naif. Posiblemente pasen 20 años y la única agua que bebamos sean hazañas esporádicas.

Mientras tanto continuarán los días nublados, en la sofocante –por la ola de calor y la economía– Venezuela. La rutina de salir del estadio con el bolso repleto de goles ajenos y con la melancolía de Bill Whithers en “Ain’t no sunshine”. Eso sí, sin desmayar. El fútbol venezolano ha crecido. A un ritmo paulatino, cansino y para muchos imperceptible. Pero es una carreta que no ha parado, solo que en las pistas de CONMEBOL estamos rodeados de Ferraris.

PD: Mucho de lo escrito se ha dicho antes y mejor escrito. Hay tópicos que son perogrulladas. Pero déjenme soñar con un congreso anual de fútbol venezolano que trate estos temas. Mire que soñar no cuesta nada, en un país donde la gasolina y la electricidad ya no son gratis y escasean más que un buen lateral izquierdo.