Yeferson Soteldo fue un rayo de luz en las tinieblas de la Vinotinto

 

Luis Vílchez @lvilchez8.– Lo mejor del partido contra Perú fue el ingreso de Yeferson Soteldo, que no se encontraba al 100%, pero demostró que pudo ser un Andréi Arshavin, en la Euro de 2008, en esta Copa América. “Soteldo llega de una lesión y ha entrenado tres veces con nosotros. Savarino y Otero estuvieron diez días parados sin poder hacer trabajo ninguno. Quiero decir que son jugadores buenos, que los queremos poner, pero tenemos que evaluar las condiciones”, explicó José Peseiro previo al juego contra los incas. Sin ritmo y demás atenuantes fue el mejor argumento para revertir el resultado.

 

En los 21 minutos que jugó, luego de ingresar por Edson Castillo, realizó 17 toques, acertó seis de nueve pases (67%), tuvo siete posesiones perdidas, ganó dos de cuatro duelos por el suelo, concretó dos de tres regates y uno de sus tres centros tuvo buen destino –Sergio Córdova no la puedo capitalizar. Con todas estas estadísticas, el portal Sofascore le dio una valoración 6,6 al partido del ex Zamora. Sin contar que obligaba el retroceso de Raziel Garcia o los apoyos de Wilder Cartagena para Aldo Corzo en esa banda derecha de Perú, un cambio en el comportamiento defensivo de una Perú que estuvo muy cómoda.

 

¿Qué significaron estos minutos del jugador de Toronto FC? Sencillo, en septiembre, cuando reinicie el Premundial, Venezuela puede mostrar otra cara. Los remates de Jefferson Savarino, el imán de faltas que fue Rómulo Otero o la magia de Soteldo representan eso. Venezuela con sus mejores piezas tienen un rostro diferente. Se vio cuando estos jugadores no estaban al 100%, en plenitud de forma el contraste es más pronunciado. Se notó en una Copa América donde Peseiro no contó con la mejor línea que tiene el país: los volantes ofensivos y extremos.

 

Si la Diosa Fortuna le sonríe al portugués, que tanto ha sufrido para armar un equipo por culpa de las lesiones y/o contagios de covid-19, otro rendimiento es posible y hasta coherente. No es solo cuestión de nombres, sino de perfiles. Cuando están los creativos, el gol deja der una quimera.