Balance de la Selección Vinotinto en la Copa América Femenina 2022

 

Luis Vílchez @lvilchez8.- La palabra “fracaso” ha pululado por las redes sociales como si de un virus se tratara. Se ha repetido hasta el hartazgo. Sin lugar a duda lo hecho por la selección de Venezuela no es un éxito ni nada positivo, por las expectativas que se generaron. La mejor preparación en historia del país, pero también de la mayoría de los rivales. ¿Grupo de la muerte? Igual que en 2018, Brasil y Argentina en el camino con un gallo tapado de por medio, en aquel momento una Ecuador mundialista, ahora un Uruguay en crecimiento. No se rompió el techo de cristal de superar la fase de grupos, ni sumar más de seis unidades. El cambio de formato permitió luchar un quinto lugar, tampoco pudieron. Se puede resumir en una gran desilusión, pero hay aspectos rescatables, otros potenciables y muchos a corregir.

 

El premio consuelo es la clasificación a los Juegos Panamericanos, un evento inédito para Venezuela y el segundo de importancia de las olimpiadas, luego de los Juegos Olímpicos. No es un hecho menor y se deben afrontar con seriedad y el orgullo que significa disputarlos por primera vez en fútbol femenino. Sin embargo, también factores externos ayudan, porque si la sede no era Santiago de Chile, el sexto lugar no hubiese servido para obtener un boleto a este certamen, que se disputará entre el 20 de octubre y el 5 de noviembre de 2023.

 

El funcionamiento de la Vinotinto fue el mismo que mostró a lo largo del ciclo de amistosos, con una evolución constante, pero paulatina, desde el debut contra Argentina en el País Vasco. El equipo trató de salir con la pelota, pero a falta de un eslabón en el mediocampo que conectara defensa con ataque, se vio constantemente en el lenguaje corporal de Yenifer Giménez contrariedad al no conseguir opciones y la decisión era un trazo largo. Estrategia válida y coherente por la velocidad de las atacantes, al momento de atacar las espaldas de las defensas del rival. También por la labor encomiable de Oriana Altuve, que jugó en Armenia con overol. Las acciones por carril central y el volumen de juego es una deuda de larga data en este ciclo.

 

Las bandas fueron opciones, pero tampoco fue común los cambios de frente, los 2 vs 1 por los costados o grandes desbordes. El primer problema por dentro lo podía solucionar Daniuska Rodríguez, mientras que el segundo Joemar Guarecuco. Ambas bajas por lesión. La pelota quieta tuvo acciones de laboratorio interesante, incluso el engaño ante Argentina entre Raiderlin Carrasco y Deyna Castellanos. Pero nunca lograron conectar un buen cabezazo, a pesar de tener piezas de buena talla como Gabriela García.

 

La presión coordinada y alta como sello de identidad del ciclo Conti se mantuvo, incluso en ese afán de incomodar al rival llega el primer tanto ante Perú. El equilibrio defensivo fue otro punto alto, en un equipo que se desconfiaba de su retaguardia por el peso de ataque. Nayluisa Cáceres no tuvo que ser figura y, salvo contra Brasil, no le apedrearon el rancho a Venezuela. Muchas veces la Diosa Fortuna sonrió en defensa con pelotas que estrellaron en los palos y salieron, incluso ante las incas una pasó por toda la raya.

 

 

¿El problema? La falta de contundencia. La pegada de este equipo era su gran herramienta, era la columna que sostenía la casa y tapaba las partes que aún estaban en obra gris. Ese poder de fuego que se vio en los amistosos en Quito, Cali, Curicó y Rancagua. En la Copa América se le cerró el arco a una selección que arrastraba un historial entre discreto y penoso, pero que su presente hablaba de otra realidad. Un grupo que amalgamaban Mundiales juveniles (tres sub-17 y uno sub-20), medalla de plata en los Juegos Olímpicos de la Juventud, títulos Sudamericanos (dos sub-17) finalistas de Copas Libertadores y ganadoras de ella. La mayoría en el fútbol extranjero, pero en honor a la verdad no todas con regularidad.

 

No era descabellado que, con ese orden, presión coordinada y contundencia, sobre todo la bendita pegada, pudieran optar por un repechaje, incluso el tercer lugar. La final si era una cuesta muy alta. Pero el factor mental pesó en un plantel de 25,21 años promedio. Fue una realidad que en los primeros minutos de cada encuentro la tensión en la Vinotinto se podía cortar con un cuchillo. Pero fueron de menos a más y todos los encuentros, incluso ante Brasil, terminaron con fondo físico y buscando al rival. Punto para la PF, Ainara Manterola. También para la estratega italiana que constantemente habló de “más que jugadoras, que sean atletas” y la hipérbole de dar el “150%”.

 

Con el planteamiento de Conti se generaron ocasiones, pero en lo que los amistosos iban adentro o ellas en sus clubes no erran, en el Centenario de Armenia fallaron. Todo el frente de ataque se lleva la postal de, por lo menos, una acción desperdiciada impropia de su talento y su carrera. En la raya la italiana los sufría, más una persona que de corto marcó 160 goles en su carrera, 34 de ellos en 16 partidos con Italia. ¿Luego de un año y medio de amistosos se pudo generar más fútbol? Sí, pero las ocasiones estuvieron. Que el discurso de una estratega que tiene como referente a Pep Guardiola y pregona el buen trato de balón no se vio en campo es verdad. Pero el fútbol tiene varias rutas para ganar, pero en el camino siempre deben acompañar los goles.

 

En su llegada en una entrevista en FIFA declaró: “Ha habido un choque fuerte, porque soy italiana. A nivel táctico estoy loca y a nivel defensivo más aún, y vi que cometíamos errores que una selección no se puede permitir (…) Jugué allí 3 años, mi entrenador preferido es Guardiola y sigo mucho el fútbol español”. Seguramente hizo falta un poco más de autocrítica, más allá del problemón que fue el arco cerrado. Porque el respeto de Venezuela no se ganó en cancha en 2022, lo construyó desde categorías menores y finales de Copa Libertadores. No sé jugó vistoso, pero los números pueden matizar el “se jugó mal”, por más que los guarismos en balompié tienen una connotación diferente que en basquetbol o béisbol, por lo que no se puede leer un encuentro solo por estadísticas.

 

 

Lo que dice Opta de la Vinotinto

 

La selección concedió seis goles (cuatro de ellos ante Brasil) y tuvo dos vallas invictas (Uruguay y Perú). Lo que dejó un promedio de 1,5 goles encajados por juego. No cometieron ningún penal. El porcentaje de aciertos fue de 65,6 %, el de duelos individuales de 48,3% y en duelos aéreos 46,9 %. En el renglón ofensivo es donde se marca de forma más pronunciada la falta de pegada. Venezuela tuvo 54 tiros totales (excluyendo los bloqueados, 17 de ellos a puerta y solo cuatro dianas. Un porcentaje conversión de 7,4 %, para tener un gol cada 90 min. Números lapidarios otorgados por Conmebol y Opta.

 

Se puede complementar que una diana fue de zurda y tres de pierna derecha. Tres conquistas dentro del área y solo una fuera del área, que fue el tiro libre de Deyna. Lo que habla que no se aprovechó la pegada de larga distancia de este equipo. También cero tantos de cabeza. A nivel disciplinario se recibieron 64 faltas y se realizaron 68, que se resumió en 11 cartulinas amarillas y ninguna expulsión.

 

El tema no pasó tanto por la posesión, porque Venezuela la tuvo más que el rival en promedio 53%. Y es que intentó 1603 pases, de los cuales acertó 1116 (69,6%). Por partido ensayó 320,6 pases y de lanzamientos en largo un 42,7 %. En campo propio el acierto fue de 81,3% y en el rival de 58 por ciento. La mayor cantidad de pases fue hacia adelante (42,7 %), luego hacia la derecha (22,9%), después izquierda (20,1%) y de último habilitaciones hacia atrás (14,3%). También acumularon 56 centros en jugada, pero solo 14 fueron buenos. Un constante “quiero y no puedo”, hubo la intención, pero no la correcta ejecución.

 

Entre otras estadísticas solo se quedaron sin jugar la volante Yusmery Ascanio y las porteras:  Andrea Tovar y Yessica Velásquez. Debutaron en Copa América: Nayluisa Cáceres, Michelle Romero, Dayana Rodríguez, Mariana Speckmaier, Gabriela Angulo, Bárbara Olivieri, Raiderlin Carrasco, Sonia O’neill y Sabrina Araujo-Elorza. Cuatro sub-20 vieron minutos: Carrasco, Olivieri, Angulo y Araujo-Elorza, estás dos últimas pueden estar en el Sudamericano femenino sub-20 de 2024. Mientras que en el análisis técnico de Conmebol destacaron en la fase de grupos a: Deyna Castellanos, la jugadora de Rayadas de Monterrey y a la volante de Atletico Mineiro.

 

 

Declaraciones y reflexiones

 

“Lo más bonito al final de este módulo ha sido ver a jugadoras que te decían ‘antes no quería venir a la selección y ahora no me quiero ir’. ¡Eso te llena el corazón!”, dijo Conti en la mencionada entrevista FIFA. Un grupo que traía la herida de los abusos cometidos por Kenneth Zseremeta y la italiana lo sanó. Aplacó ego y demostró tener mucho camerino. Pocos recuerdan como la generación sub-17 de Jordania 2016 implosionó en el Sudamericano sub-20 de 2018, con un vestuario dividido, con carta incluida en los medios. No es de extrañar que para muchas que se abren un espacio en Europa, la DT sea un modelo a seguir, ya que comenzó a los 16 años y estuvo en clubes como: Torres Calcio (Primera División de Italia), Levante (Primera División de España), Espanyol (Primera División de España), Energiya Voronezh (Primera División de Rusia), Zorky (Primera División de Rusia) y Eskilstuna United (Primera División de Suecia). Con Italia jugó las Eurocopas de 2005 y 2009.

 

El mensaje de unión estuvo desde un principio. “Las jugadoras han sido receptivas y con una actitud positiva al trabajo y a todo lo que les hemos propuesto. Es trascendental que haya un buen ambiente en el equipo y ver que las futbolistas se sienten bien, me hace todo más fácil. Siempre he dicho: lo más importante son mis jugadoras. Puedo decir ahora mismo que esta selección es una familia”, soltó la europea por abril de 2021.

 

Pero tampoco era un secreto que con el cambio de formato y por sencilla biología (las mundialistas juveniles ya eran adultas y con más recorrido), la meta era estar en Australia y Nueva Zelanda, o por lo menos vivir un repechaje. “No podemos escondernos. Tenemos la calidad para llegar a un Mundial, todo el mundo está trabajando en eso. Es nuestra expectativa más grande. Creo en eso desde el primer día que llegué y mis jugadoras lo van a creer más que yo. Tenemos un solo objetivo, ir a la Copa América para buscar el cupo al Mundial”, aseveró Conti en agosto de 2021.

 

En este proceso subió en el ranking FIFA a Venezuela del puesto 60 al 52. Todo en medio de cuatro presidencias: Laureano González, Jesús Berardinelli, Junta Normalizadora de la FIFA y Jorge Giménez. Con el ex mandamás del Deportivo Lara hizo buenas migas en el primer contactó. “Desde que llegué, nos pusimos a trabajar y hasta ahora nos han apoyado y han invertido. Hablo a menudo con el presidente. En la Federación están apoyando al cien por ciento al fútbol femenino. Todo es parte de un proceso largo”, confesó la estratega en diciembre de 2021.

 

La visceralidad invita a sacar la guillotina, pero la serenidad a extenderle el crédito.  “Estamos pasando el guayabo (…) No podemos ser cortoplacistas, las muchachas no tenían ningún tipo de apoyo. Pamela, hay que quitarse el sombrero, estuvo ahí sin Federación, sin estructura, sin que le pagaran. Estuvo ahí por puro amor. No podemos llegar, por quedar sextos en la Copa América, mantener el ranking Conmebol, cortar un proceso, la FVF, la Directiva apoya a Pamela Conti (…) habrá que hablar con ella si está cansada, si tiene algo que decir, pero hay que apostar a procesos”, declaró Jorge Giménez en Televen, en frases recogidas por Alfredo Coronis (@AlfredoCoronis), en Twitter.

 

Giménez también comentó: “No es fácil manejar el grupo (femenino, por todo lo que vivieron), al llegar (la nueva Presidencia a la FVF) preguntamos a la chicas y la respaldaron y hoy la respaldan más todavía, es importante lo que opine el grupo”. En el horizonte están los Juegos Sudamericanos de Asunción (1 al 15 de octubre), donde debería participar la sub-20. Los Juegos Panamericanos de 2023. Otra Copa América en 2024, un año donde también habrá Sudamericanos. En el sub-17 es menester recuperar el prestigio perdido y en el sub-20 hacer una digna actuación ante Brasil y la Colombia de Linda Caicedo Alegría.

 

En el camino Conti corrigió, de a poco le dio cabida a Dayana Rodríguez en la primera línea de volantes, una revelación de la Copa América. Dejó de apostar por centrales en el lateral derecho y usó a Nairelis Gutiérrez, también de lo mejor del certamen. En el último juego, por fin, apostó por Olivieri. Pudo pesar la inexperiencia que tuvo en su llegada, tanto en fútbol de clubes como selecciones en los banquillos, como del entorno Sudamericano. Bagaje que ha tomado en el camino. Capaz lo mejor sea arropar un cuerpo técnico muy europeo con un poco más de experiencia Conmebol. Pero el grupo se la juega por ella, así se vio en el abrazo de Deyna en su gol y en las declaraciones de María Peraza. ¿El proceso seguirá su evolución paulatina o se estancará? Solo el tiempo lo dirá y lo marcará la gestión del talento ofensivo, pero esta camada de jugadoras no está para una desilusión más. Las próximas lágrimas tienen que ser de alegría, como las de Catalina Pérez.

 

Seguimiento del ciclo Conti

 

Todo empezó con Argentina en par de ocasiones y País Vasco en la Basque Country International Women´s Cup. Luego en casa ante Yaracuyanos, campeón del Torneo Adecuación de la Liga Futve Fem. Doble tanda versus Ecuador, en Quito. El año 2021 culminó  con un cuadrangular en Manaos (ChileBrasil e India). En febrero disputaron la Turkish Women’s Cup 2022 (UcraniaLetonia y Uzbekistán). En abril contra Colombia, cabe destacar que el segundo no fue televisado. El caminó culminó con las victorias en Curicó y Rancagua. Todos después de la pandemia y con la nueva gestión de la FVF; sin embargo, en el pasado tuvo amistosos con clubes italianos en módulos en Europa y estuvo presente en la inauguración del CNAR femenino, de Yaracuy. En la Copa América en Balonazos se continuó: UruguayPerúBrasilArgentina y Chile. Y en este portal se seguirá la cobertura.