Un FutVe sin corona

 

 

La llegada de Nicolás Fernández de Caleya a la presidencia de la Liga FUTVE ha traído cambios inmediatos. Uno era un requerimiento básico: ruedas de prensa, después de cada encuentro. Necesario en un entorno donde las zonas mixtas se improvisan en los estacionamientos y esas impresiones en caliente de los protagonistas, tras un cotejo, eran una quimera. ¿Significa salir más tarde del estadio? Sí, pero a la vez representa hacer el trabajo básico. Énfasis en básico, porque no es nada extraordinario y se hace en competiciones internacionales. Es hora de darle un cariñito al producto local y no solo vestir las mejores prendas cuando el torneo es una Sudamericana o Libertadores, motivados por el peso de las multas que pueden caer si no se cumple lo reglamentado (asuntos de sentido común).

Pero hay otra medida que ha levantado mucha polvorera: la Copa Rey de Marcas. Las mofas y las críticas no faltaron ante su anuncio, antes de verla puesta en práctica. Parte de la resistencia al cambio. Muchos la compararon con la Kings League. Ojalá la Liga FUTVE tuviera el mismo interés y comercialización que tiene la iniciativa de Gerard Piqué. Que si un equipo pierde 6-0 cómo va a querer ir a cobrar los penales, que si un jugador se lesiona, que si los aficionados se van a ir de la gradas, que si eso y que si aquello. Casi que en X, antiguo Twitter, o Instagram, se hizo un guion de Destino Final con todos los peores escenarios.

Ciertamente puede haber una lesión, como expresó Eduardo Saragó, tras el partido ante Zamora, que tuvo como colofón un altercado con la barra local al finalizar el cotejo, que retrasó el debut de esta estrategia. Es un riesgo y por eso se permite usar suplentes (la mayoría de los estrategas puso a su segundo guardameta). Es un riesgo en pro del espectáculo. La competitividad no se duda, porque Leo González hizo saber que aparte de los tres puntos contra Estudiantes de Mérida, también querían ganar la primera edición de la Copa Rey de Marcas para mantenerse en dinámica positiva.

Al final en los recintos las personas se quedaron y era lógico, los penales imantan a cualquiera. Más en un fútbol que es una rara avis llegar a esta instancia. Incluso hubo definiciones exquisitas como la de Edgar Carrión contra Portuguesa o Hassan Vergara ante Academia Puerto Cabello. Asimismo hay una motivación de un premio en metálico como aliciente, entendiendo que los resultados de esta Copa Rey de Marca no inciden en la tabla de la Liga FUTVE. Son dos mundos separados. Los protagonistas se lo tomaron, en su gran mayoría, con buena vibra y colaboraron.

¿Me gusta? Sí ¿Me fascina? Y todavía no, pero estoy abierto a tomarle el gusto con el tiempo. En parte porque sostengo la tesis de que es un milagro que ruede un balón en el fútbol profesional de un país que ha pasado por una hiperinflación y la pandemia. Que tiene su peor crisis desde la Guerra Federal. Que tiene un éxodo de más de 7 millones de personas. Es muy sencillo decir que el futve es un chiste por hacer algo distinto a otros países. Pero es que Venezuela, con indicadores económicos más similares a África que Latinoamérica, es muy diferente al resto. El país de lo posible, para lo bueno y para lo malo.

El producto se necesita comercializar de mejor manera. Por eso esta iniciativa. ¿Cuándo en el tiempo reciente Marriott o el Banco de Venezuela les hubiese interesado el balompié rentado? Es una iniciativa para ligar la competición con marcas de prestigio. Con algo tan apasionante como una definición desde el punto penal. Es buscar ingresos con una actividad lúdica al final de los partidos, que los aficionados dediquen unos 15-20 minutos y que aparte se ve televisada. El resumen se sube en Youtube. Mantendría la misma opinión si no trabajara en las transmisiones de la Liga FUTVE, porque hay que ser un necio para no darse cuenta que había que hacer algo para vender mejor el torneo local.

¿Hubiese sido mi primera opción? No ¿Me parece raro que arranque desde la jornada 22? Sí ¿Salvará las arcas del FUTVE? Probablemente no ¿Era necesario? Absolutamente. Aplaudo la intención de no quedarse de brazos cruzados. Si la iniciativa es un desastre, la sangría será casi nula. La relación costo-beneficio te invita a darle rienda suelta a la Copa Rey de Marcas. En un balompié marcado por el presidencialismo de los clubes, eso inevitable repercutirá en la Liga como entidad. Tiene toda la pinta que fue una medida con la firma de Nicolás Fernández de Caleya. Impulsada por él y, capaz, hasta impuesta. Nada nuevo en la forma de manejarse de nuestro balompié.

Pero hablamos del caballero que agarró un Monagas que sudaba frío, con la posibilidad de volver a descender, y que ahora es un ejemplo de club modelo en el país. Más allá de la estrella y las clasificaciones a competiciones internacionales, sus apuestas a: lo infraestructural, a la Unidad de Atención Integral al Atleta, a los proyectos deportivos largos en los banquillos y su fe ciega en el talento joven.  Casos como el de Leandro Rodríguez en Atletico Mineiro se entienden de la mano de su gestión. Para no hablar de David Martínez. No es ningún improvisado.  

En el mundo ideal la Liga FUTVE tuviese un comisionado independiente de los clubes. Cada club debería tener un departamento de mercado y competir por ver quién comercializa mejor su marca. Que la empresa privada tenga más injerencia que el sector público. Pero eso solo existe en nuestras fantasías. La Liga FUTVE nació como un contrapeso a una FVF manejada por una mayoría de directivos provenientes de las Asociaciones, que eran los que con su voto ponían o removían al mandamás de Sabana Grande. La última elección fue entre dos presidentes de clubes. El ganador es hermano de la vida de Nicolás Fernández de Caleya. Ver una Liga FUTVE más parecida a los cambios que ha sufrido la FVF será natural. Incluso no sería extraño que las empresas que den su nombre en la Copa Rey de Marcas sean anunciantes de la FVF. Seducidos en principio por el impacto de la Vinotinto y que tras esta propuesta también depositan su confianza en la liga doméstica.

No es querer ver todo color de rosa, ni hacer críticas agrias al azar. Es ver el cuadro completo y comprender que esta es la realidad. En el océano de vicisitudes que navega el país y, por ende, la Liga FUTVE obliga a que hay que estar abierto a nuevas propuestas. Darles el beneficio de la duda. ¿Si no sirve? Gritar que el rey está desnudo. Pero, ¿Y si funciona? Profundizarla y seguir innovando. Sumar más gente a la causa. Ganan todos: jugadores, entrenadores, prensa, aficionados, directivos y selección. Soñar con un fútbol que la noche antes se tenga la convocatoria. Que salgamos del siglo XX y se apueste a la modernidad.

Al sol de hoy el torneo doméstico en muchos aspectos ha avanzado, se acerca a la nobleza. En otros sigue siendo un plebeyo con harapos. En resumen, una Liga FUTVE sin corona. De brazos cruzados nunca va a llegar al palacio. Para algunos la Copa Rey de Marcas es luchar contra Molinos de Viento. Pecaré de optimista, pero capaz estas propuestas permitan salir de las mazmorras y labrar el camino a la realeza. No será mañana, muy probablemente nos agarre peinando canas. Sin embargo, cuando llegue, los amantes de nuestro fútbol lo disfrutarán. No vivamos solo pensando en nosotros, porque antes muchos lucharon por este malogrado fútbol. Trabajemos por siempre dejar las cosas mejor de cómo estaba cuando la encontramos.

Después de esta perorata, más de uno dirá: “Este es un jala mecate de la Liga FUTVE porque come de ahí”. Le replico: usted cree que me fascina la idea de que un juego empiece a las 9 de la noche en Puerto Cabello, luego haya unos penales y después una rueda de prensa. Para luego regresar de madrugada a Valencia. No es muy seductora la idea. Pero se hará con la pasión de una persona que en otrora tenía que cazar los goles en “X por el fútbol”, antes de salir al colegio. Que tenía que pescar los pocos partidos en tv. Alguien que sabe que lo que hay ahora se tiene que valorar y trabajar por mejorarlo. Como dijo Kennedy: No te preguntes qué puede hacer el futve por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu futve.

PD: El fútbol venezolano no ha muerto, cuando debió estar sepultado hace rato por su inviabilidad económica, porque hay gente apasionada que lo sostiene. Enamorados por el balompié criollo, aunque no sea la disciplina que más rentabilidad da. Mientras esta legión de locos guiados por el corazón, apoyen medidas impuestas por el cerebro -y el bolsillo- la pelota nunca dejará de rodar.